Demasiado
sospechoso para ser casualidad.
*NARRADOR OMNISCIENTE*
Irene volvió a casa con las chicas aún un poco asustada. La
mirada de esa chica le había helado la sangre.
Cuando llegó las chicas ya lo tenían todo preparado. Habían
conseguido que Mery saliese de su habitación y habían subido a la salita de los
pufs en la boardilla.
Las chicas estaban sentada en el suelo en corrillo esperando
a Ire, quien había dejado los helados en el congelador de la cocina. Irene se
puso el pijama y se unió a ellas, quienes habían puesto música con la mesa de
mezclas y Daniela era la DJ.
- A
ver si adivináis quien soy. PARTY HARD – dijo motivándose.
- Zayn
– gritaron todas a la vez, menos maría que estaba sentada en una esquina.
- Venga
Mery, te tienes que animar – dijo Patri.
- No
puedo, le echo de menos, pero es un capullo – dijo.
- Lo
es, y por eso no puedes dejar que te afecte – dijo Nicki.
- Si
lo que quería era verte jodida lo está consiguiendo, ¿quieres que se salga con
la suya? – preguntó Dani.
- No
– contestó contundentemente.
- Pues
disfruta y que le den.
Después de esa pequeña conversación todas empezaron a hacer
el loco como si no hubiese un mañana. Realmente las chicas no sabían que pensar
a cerca de Harry pero querían ver a Mery feliz.
Empezaron a bailar al ritmo de la música. Al rato empezaron
a darse almohadazos llenando toda la habitación de plumas, igual que en las
películas, mientras Mery hacía fotos con la cámara de Nicki.
Aunque les había hecho creer a las chicas que estaba mejor no lo estaba en absoluto, y no tenía ganas de fiesta pero no quería preocuparlas, por lo que toda la noche fingió una sonrisa mientras hacía fotos.
Aunque les había hecho creer a las chicas que estaba mejor no lo estaba en absoluto, y no tenía ganas de fiesta pero no quería preocuparlas, por lo que toda la noche fingió una sonrisa mientras hacía fotos.
Pasadas las doce decidieron dejar la música para que no se
quejasen los vecinos. Daniela bajó a por los helados mientras las demás
recogían un poco arriba.
Cogió las tarrinas y cinco cucharas. Estaba al pie de las
escaleras cuando llamaron al teléfono de casa. Dani dejó las tarrinas sobre la
encimera de la cocina y lo cogió.
- ¿Sí?
– preguntó al no conocer el número.
- Daniela
– respondió la voz de un chico al otro lado de la línea.
- Si
– dijo ella dudosa.
- No
dejéis que María se coma el helado, tiene avellanas y le dan alergia. Os han
cambiado el bote a propósito. Alguien la quiere hacer daño – contestó la misma
voz acelerada, como si tuviese prisa.
- ¿Quién
eres? – preguntó Daniela un poco asustada.
- Un
amigo.
Un segundo después la llamada se cortó. No sabía porque pero
Daniela confió en ese chico. La voz le sonaba pero a través de la línea
telefónica no se distinguía con claridad quien era.
Cuando subió, aún pensando donde había oído antes esa voz,
le preguntó a María.
- Mery,
¿tú les tienes alergia a las avellanas?
- Si
me las como como un fruto seco si, en plan trozo, pero en la nocilla y eso no
¿por?
- Esto
no son nueces – dijo Daniela abriendo el bote del helado de vainilla y nueces
de Macadamia – son avellanas – dijo sacando una.
Efectivamente eran avellanas
- No
puede ser – dijo Irene – Comprobé que fuesen nueces porque sabía que a Mery le
daba alergia.
- ¿Te
ha podido cambiar alguien el bote?
- No,
bueno si, no lo sé – dijo nerviosa. – No me crucé con nadie, bueno me choqué
con una chica y se me cayeron las cosas al suelo y luego ella me dio el bote
otra vez.
- ¿Cómo
era la chica?
- Rubia,
alta y con los ojos negros. Me iba siguiendo con el coche y después entró en el
supermercado, no me daba muy buena espina.
- Espera,
espera, espera. ¿El coche era blanco?
- Si,
¿Cómo lo sabes?
- Esa
chica lleva unos días observándonos u observando la casa. El otro día cuando
fui a correr con Zayn la vi en la acera de enfrente y cuando se dio cuenta de
que la estaba mirando se subió a un coche blanco y se marchó. Era como tú
dices, rubia con el pelo largo y liso, alta y con… - la cortó Mery.
- Con
muy buen cuerpo – terminó con los ojos anegados en lágrimas la descripción que
había empezado Daniela.
- ¿Tú
también la has visto?
- Era
la chica con la que se estaba liando Harry la noche que rompí con él – no pudo
hablar más pues las lágrimas cayeron por su rostro a mares.
Las cosas cada vez eran mas extrañas. Parecía que esa chica
estaba en todos sitios y las asustaba un poco.
Cada una tenía una opinión muy diferente sobre aquella
chica. Patri y Nicki estaban algo asustadas mientras que Irene no sabía que
pensar, solo recordaba esos ojos negros que tanto le sonaban que la habían
mirado con ¿ira?
Daniela por su parte buscaba respuestas. No era una chica
que se quedase callada fácilmente y no le pintaba nada bien aquella historia.
Sabía que esa chica escondía algo y tenía que adivinar antes de que fuese muy
tarde, ya habían intentado quitar de en medio a Mery. Por otra parte no podía
negar que le escamaba un poco la llamada de teléfono. No les había dicho nada a
las chicas ya que sentía que una parte de esa historia le repercutía a ella.
Mery por su parte no podía dejar de llorar. Esa chica la
estaba haciendo daño. Ya le había quitado una de las cosas más importantes para
ella, a Harry. Las tenía vigiladas y le daba miedo que a las chicas también les
pudiese pasar algo. Parecía como si las lágrimas se embotasen en su cabeza y no
la dejasen pensar con claridad y una vez más deseo estar sola para descargar
todas las lágrimas.
Se bajó a su habitación y cerró la puerta, comenzando a
llorar de nuevo por aquel chico al que tanto amaba.
En la boardilla reinaba el silencio después de quedar en que
no podían solucionar aquello de ninguna manera. Llamar a la policía era
estúpido ya que no tenían pruebas ni nada que decir, ni siquiera sabían quién
era la chica.
Había quedado no acercarse a la chica para evitar daños
mayores pero Dani no se había quedado tranquila.
*NARRA DANIELA*
No me había quedado conforme con lo de alejarnos y dejarlo
pasar. No me iba a quedar sentada cruzada de brazos mientras alguna loca
desquiciada nos vigilaba, así que a la mañana siguiente, diciendo que iba a
correr con Zayn me marché a explorar.
La llamada de la noche anterior la habían hecho desde un
teléfono público por lo que era difícil saber quien la había realizado, no
obstante podía saber desde donde la habían hecho y moverme a partir de ahí.
Nosotros vivíamos en Lambeth, en Gibson Road y según el
rastreador de llamadas, el chico de la noche anterior, había usado la cabina de
Horseferry Road, que estaba al otro lado del rio, cruzando el puente de
Lambeth.
Cogí un autobús que me dejo justo delante de la cabina de
teléfono que suponía había usado el chico que me llamó la noche anterior.
Justo enfrente, había un supermercado que se llamaba
Costcutter pero estaba cerrado por vacaciones, estábamos en pleno Julio, era
normal. Unos metros más allá encontré una cafetería abierta, se llamaba Pret a
Manger y tenía muy buena pinta por lo que entré a buscar información.
Dentro había un camarero
al que pregunté nada más entrar.
- Buenos
días, ¿podría hacerle unas preguntas?
- Las
que quieras muñeca – dijo comiéndome con los ojos. No me había puesto nada
provocativo de ropa pero al parecer mis piernas y mi escote no se escapó de su
mirada.
- ¿Trabajaste
ayer?
- Si
- ¿Hasta
que hora?
- Las
doce de la noche – la llamada la habían hecho sobre las 11 y media.
- ¿Había
mucha gente sobre esa hora?
- No,
me pase la noche mirando por la ventana – perfecto.
- ¿Y
viste algún chico en la cabina de teléfono sobre las 11 y media?
- Si
- ¿Como
era?
- Frena,
frena, frena ¿Por qué tantas preguntas? – preguntó sin levantar la vista de mi
escote.
- Contéstame
por favor, es muy importante.
- ¿Y
que me das a cambio? – dijo en un tono que no me gustó nada.
- ¿Perdón?
– pregunté confundida.
- Yo
tengo algo que tú necesitas y tú tienes algo que yo quiero
- ¿El
que? – dije sabiendo ya por donde iban los tiros.
- Bueno
eres una chica joven, con buen cuerpo y yo un chico joven, con buen cuerpo.
Podríamos pasarlo bien, ya me entiendes. – dijo. No estaba dispuesta a mantener
relaciones con él a cambio de información, pero era muy buena actriz y ya era
hora de poner en práctica todo lo que Zayn me había enseñado.
- Creo
que ya se por dónde vas – dijo poniendo mi voz lo más seductora posible – es
cierto que tu y yo podríamos pasar un buen rato – paseé mi dedo sobre su pecho
– pero aquí no, podría venir cualquiera y vernos.
- Dame
media hora, espérame en el callejón de atrás y te daré lo que necesitas, y la
información. – dijo guiñándome un ojo.
- Te
esperaré ansiosa – dije aún actuando mientras me marchaba moviendo
exageradamente las caderas para excitarle más de lo que ya estaba.
Salí y me dirigí al callejón donde
me dijo el camarero ese. Estaba muy segura de lo que estaba haciendo, ese
hombre no me tocaría, y yo tendría la información que necesitaba, solo tendría
que actuar un poquito más. No iba a negar que todo esto me daba un poco de
miedo pero necesitaba saber quién era ese chico. Sabía que de alguna forma
estaba relacionado conmigo y con la chica rubia. La rubia no me daba buena
espina ya que todo era demasiado sospechoso para ser casualidad.
No habían pasado ni 15 minutos
cuando alguien me agarró del brazo fuertemente y me pegó a la pared poniendo
antes una mano sobre mi boca para que no pudiese gritar.
-------------------------------------------------------------------------------------------------
Jajajaj intriga, intriga, intriga Que mala soy, me encanta dejaros con la intriga para que tengais mas ganas de leer. Por cierto me encantó todos los comentarios del capítulo anterior y si comentais mucho subo antes. Os explico, yo empiezo el instituto el día 5 y a partar de ese día mi ordenador y mi movil quedan restringidos durante la semana, por lo que solo puedo escribir y subir los fines de samana así que yo que vosotras aprobecharía para que suba antes de empezar todos los capítulos que pueda porque luego voy a subir uno por semana si eso. Nada mas amores mios.
KISSES