viernes, 30 de agosto de 2013

Capítulo 13



Demasiado sospechoso para ser casualidad.
*NARRADOR OMNISCIENTE*
Irene volvió a casa con las chicas aún un poco asustada. La mirada de esa chica le había helado la sangre.
Cuando llegó las chicas ya lo tenían todo preparado. Habían conseguido que Mery saliese de su habitación y habían subido a la salita de los pufs en la boardilla.
Las chicas estaban sentada en el suelo en corrillo esperando a Ire, quien había dejado los helados en el congelador de la cocina. Irene se puso el pijama y se unió a ellas, quienes habían puesto música con la mesa de mezclas y Daniela era la DJ.
-       A ver si adivináis quien soy. PARTY HARD – dijo motivándose.
-       Zayn – gritaron todas a la vez, menos maría que estaba sentada en una esquina.
-       Venga Mery, te tienes que animar – dijo Patri.
-       No puedo, le echo de menos, pero es un capullo – dijo.
-       Lo es, y por eso no puedes dejar que te afecte – dijo Nicki.
-       Si lo que quería era verte jodida lo está consiguiendo, ¿quieres que se salga con la suya? – preguntó Dani.
-       No – contestó contundentemente.
-       Pues disfruta y que le den.
Después de esa pequeña conversación todas empezaron a hacer el loco como si no hubiese un mañana. Realmente las chicas no sabían que pensar a cerca de Harry pero querían ver a Mery feliz.
Empezaron a bailar al ritmo de la música. Al rato empezaron a darse almohadazos llenando toda la habitación de plumas, igual que en las películas, mientras Mery hacía fotos con la cámara de Nicki.

Aunque les había hecho creer a las chicas que estaba mejor no lo estaba en absoluto, y no tenía ganas de fiesta pero no quería preocuparlas, por lo que toda la noche fingió una sonrisa mientras hacía fotos.
Pasadas las doce decidieron dejar la música para que no se quejasen los vecinos. Daniela bajó a por los helados mientras las demás recogían un poco arriba.
Cogió las tarrinas y cinco cucharas. Estaba al pie de las escaleras cuando llamaron al teléfono de casa. Dani dejó las tarrinas sobre la encimera de la cocina y lo cogió.
-       ¿Sí? – preguntó al no conocer el número.
-       Daniela – respondió la voz de un chico al otro lado de la línea.
-       Si – dijo ella dudosa.
-       No dejéis que María se coma el helado, tiene avellanas y le dan alergia. Os han cambiado el bote a propósito. Alguien la quiere hacer daño – contestó la misma voz acelerada, como si tuviese prisa.
-       ¿Quién eres? – preguntó Daniela un poco asustada.
-       Un amigo.
Un segundo después la llamada se cortó. No sabía porque pero Daniela confió en ese chico. La voz le sonaba pero a través de la línea telefónica no se distinguía con claridad quien era.
Cuando subió, aún pensando donde había oído antes esa voz, le preguntó a María.
-       Mery, ¿tú les tienes alergia a las avellanas?
-       Si me las como como un fruto seco si, en plan trozo, pero en la nocilla y eso no ¿por?
-       Esto no son nueces – dijo Daniela abriendo el bote del helado de vainilla y nueces de Macadamia – son avellanas – dijo sacando una.
Efectivamente eran avellanas
-       No puede ser – dijo Irene – Comprobé que fuesen nueces porque sabía que a Mery le daba alergia.
-       ¿Te ha podido cambiar alguien el bote?
-       No, bueno si, no lo sé – dijo nerviosa. – No me crucé con nadie, bueno me choqué con una chica y se me cayeron las cosas al suelo y luego ella me dio el bote otra vez.
-       ¿Cómo era la chica?
-       Rubia, alta y con los ojos negros. Me iba siguiendo con el coche y después entró en el supermercado, no me daba muy buena espina.
-       Espera, espera, espera. ¿El coche era blanco?
-       Si, ¿Cómo lo sabes?
-       Esa chica lleva unos días observándonos u observando la casa. El otro día cuando fui a correr con Zayn la vi en la acera de enfrente y cuando se dio cuenta de que la estaba mirando se subió a un coche blanco y se marchó. Era como tú dices, rubia con el pelo largo y liso, alta y con… - la cortó Mery.
-       Con muy buen cuerpo – terminó con los ojos anegados en lágrimas la descripción que había empezado Daniela.
-       ¿Tú también la has visto?
-       Era la chica con la que se estaba liando Harry la noche que rompí con él – no pudo hablar más pues las lágrimas cayeron por su rostro a mares.
Las cosas cada vez eran mas extrañas. Parecía que esa chica estaba en todos sitios y las asustaba un poco.
Cada una tenía una opinión muy diferente sobre aquella chica. Patri y Nicki estaban algo asustadas mientras que Irene no sabía que pensar, solo recordaba esos ojos negros que tanto le sonaban que la habían mirado con ¿ira?
Daniela por su parte buscaba respuestas. No era una chica que se quedase callada fácilmente y no le pintaba nada bien aquella historia. Sabía que esa chica escondía algo y tenía que adivinar antes de que fuese muy tarde, ya habían intentado quitar de en medio a Mery. Por otra parte no podía negar que le escamaba un poco la llamada de teléfono. No les había dicho nada a las chicas ya que sentía que una parte de esa historia le repercutía a ella.
Mery por su parte no podía dejar de llorar. Esa chica la estaba haciendo daño. Ya le había quitado una de las cosas más importantes para ella, a Harry. Las tenía vigiladas y le daba miedo que a las chicas también les pudiese pasar algo. Parecía como si las lágrimas se embotasen en su cabeza y no la dejasen pensar con claridad y una vez más deseo estar sola para descargar todas las lágrimas.
Se bajó a su habitación y cerró la puerta, comenzando a llorar de nuevo por aquel chico al que tanto amaba.
En la boardilla reinaba el silencio después de quedar en que no podían solucionar aquello de ninguna manera. Llamar a la policía era estúpido ya que no tenían pruebas ni nada que decir, ni siquiera sabían quién era la chica.
Había quedado no acercarse a la chica para evitar daños mayores pero Dani no se había quedado tranquila.
*NARRA DANIELA*
No me había quedado conforme con lo de alejarnos y dejarlo pasar. No me iba a quedar sentada cruzada de brazos mientras alguna loca desquiciada nos vigilaba, así que a la mañana siguiente, diciendo que iba a correr con Zayn me marché a explorar.
La llamada de la noche anterior la habían hecho desde un teléfono público por lo que era difícil saber quien la había realizado, no obstante podía saber desde donde la habían hecho y moverme a partir de ahí.
Nosotros vivíamos en Lambeth, en Gibson Road y según el rastreador de llamadas, el chico de la noche anterior, había usado la cabina de Horseferry Road, que estaba al otro lado del rio, cruzando el puente de Lambeth.
Cogí un autobús que me dejo justo delante de la cabina de teléfono que suponía había usado el chico que me llamó la noche anterior.
Justo enfrente, había un supermercado que se llamaba Costcutter pero estaba cerrado por vacaciones, estábamos en pleno Julio, era normal. Unos metros más allá encontré una cafetería abierta, se llamaba Pret a Manger y tenía muy buena pinta por lo que entré a buscar información.
Dentro había un camarero  al que pregunté nada más entrar.
-       Buenos días, ¿podría hacerle unas preguntas?
-       Las que quieras muñeca – dijo comiéndome con los ojos. No me había puesto nada provocativo de ropa pero al parecer mis piernas y mi escote no se escapó de su mirada.
-       ¿Trabajaste ayer?
-       Si
-       ¿Hasta que hora?
-       Las doce de la noche – la llamada la habían hecho sobre las 11 y media.
-       ¿Había mucha gente sobre esa hora?
-       No, me pase la noche mirando por la ventana – perfecto.
-       ¿Y viste algún chico en la cabina de teléfono sobre las 11 y media?
-       Si
-       ¿Como era?
-       Frena, frena, frena ¿Por qué tantas preguntas? – preguntó sin levantar la vista de mi escote.
-       Contéstame por favor, es muy importante.
-       ¿Y que me das a cambio? – dijo en un tono que no me gustó nada.
-       ¿Perdón? – pregunté confundida.
-       Yo tengo algo que tú necesitas y tú tienes algo que yo quiero
-       ¿El que? – dije sabiendo ya por donde iban los tiros.
-       Bueno eres una chica joven, con buen cuerpo y yo un chico joven, con buen cuerpo. Podríamos pasarlo bien, ya me entiendes. – dijo. No estaba dispuesta a mantener relaciones con él a cambio de información, pero era muy buena actriz y ya era hora de poner en práctica todo lo que Zayn me había enseñado.
-       Creo que ya se por dónde vas – dijo poniendo mi voz lo más seductora posible – es cierto que tu y yo podríamos pasar un buen rato – paseé mi dedo sobre su pecho – pero aquí no, podría venir cualquiera y vernos.
-       Dame media hora, espérame en el callejón de atrás y te daré lo que necesitas, y la información. – dijo guiñándome un ojo.
-       Te esperaré ansiosa – dije aún actuando mientras me marchaba moviendo exageradamente las caderas para excitarle más de lo que ya estaba.
Salí y me dirigí al callejón donde me dijo el camarero ese. Estaba muy segura de lo que estaba haciendo, ese hombre no me tocaría, y yo tendría la información que necesitaba, solo tendría que actuar un poquito más. No iba a negar que todo esto me daba un poco de miedo pero necesitaba saber quién era ese chico. Sabía que de alguna forma estaba relacionado conmigo y con la chica rubia. La rubia no me daba buena espina ya que todo era demasiado sospechoso para ser casualidad.
No habían pasado ni 15 minutos cuando alguien me agarró del brazo fuertemente y me pegó a la pared poniendo antes una mano sobre mi boca para que no pudiese gritar.
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Jajajaj intriga, intriga, intriga Que mala soy, me encanta dejaros con la intriga para que tengais mas ganas de leer. Por cierto me encantó todos los comentarios del capítulo anterior y si comentais mucho subo antes. Os explico, yo empiezo el instituto el día 5 y a partar de ese día mi ordenador y mi movil quedan restringidos durante la semana, por lo que solo puedo escribir y subir los fines de samana así que yo que vosotras aprobecharía para que suba antes de empezar todos los capítulos que pueda porque luego voy a subir uno por semana si eso. Nada mas amores mios.
KISSES

martes, 27 de agosto de 2013

Capítulo 12

Me siento observada
*NARRA PATRI*
Llegué a casa del hermano de Mery, quien me abrió la puerta con una sonrisa triste pintada en la cara, se le veía preocupado.
Me dejo pasar y me indico la habitación en la que María estaba atrincherada sin querer salir. No me molesté en llamar a la puerta porque sabía que no me contestaría o me pediría que me fuese.
Entre y la vi tumbada en la cama, silenciosa y mirando al vacio mientras que unas pequeñas lagrimas se arrastraban por sus mejillas. No dije nada, tan solo me acerqué hasta ella, me senté en el borde la cama y la abracé.
Sabía por experiencia propia que era lo que todas necesitábamos en un momento así. Como una loca empezó a llorar sobre mi hombro. Temblaba y gemía llorando para intentar alejar el dolor de su cuerpo pero nada parecía surtir efecto.
Seguí abrazándola hasta que se le paso un poco y fue capaz de contarme lo que había pasado. Harry me pareció un completo gilipollas desde el momento en el que Mery me contó lo que había visto la pasada noche pero había algo en toda esa historia que no me cuadraba del todo. De todas maneras no estábamos como para ponerme a pensar que había pasado para que Harry actuase así, Mery me necesitaba y me iba a tener a su lado para todo lo que necesitase.
*NARRA LIAM*
Después de aquella preciosa mañana que creo fue, una de las mejores de mi vida nos fuimos al gimnasio juntos.
Al principio me pareció muy buena idea, ella quería ir a estirar un rato y a practicar unos pasos de baile mientras ya podía hacer un poco de ejercicio pero lo mas importantes es que lo haríamos juntos. Se subió a cambiar de ropa y bajo al rato vestida con un top deportivo gris y unas mayas negras que se ajustaban a todas y cada una de sus curvas, ahí fue cuando me dejo de parecer tan buena idea lo del gimnasio.

Me sentía demasiado protector con ella porque, aunque sonase egoísta, ella era mía y no quería que nadie más la mirase. Además con ella perdía el control de mi cuerpo y mis emociones y no quería que en algún momento se me fuese la mano y le diese un puñetazo al primero que la mirase de alguna forma que a mí no me gustase.

Aun así fuimos al gimnasio y la primera media hora fue bien, ya que no había nadie menos nosotros dos.
Yo hacía pesas mientras ella bailaba delante de un espejo enorme. Luego se ofreció a ser mi entrenadora personal y empezó a mandarme hacer ejercicios en los que ella me “ayudaba”.
De repente cuando estaba haciendo flexiones con ella sentada en mi espalda entró un chico moreno por la puerta pero no le vi bien la cara, ya que estaba más concentrado en no caerme. Se acercó hasta nosotros y miró a Nicki.
-       ¿Nicki? – preguntó extrañado.
-       Hola Kyle – dijo ella emocionada levantándose a saludarle mientras yo apretaba los puños hasta que mis nudillos se pusieron blancos por el esfuerzo.
-       ¡Hey Liam! – dijo saludándome como si nada, y con una gran sonrisa mientras me tendía la mano.
-       Hola – dije muy seco y sin aceptar su saludo.
-       ¿Que te pasa? – me preguntó extrañado al ver mi sequedad.
-       ¿No te vas a poner chulo, como anoche? – pregunté con los ojos relampagueantes por la rabia.
-       Bueno, quería pedirte disculpas, bebí de más y no controlaba lo que hacía, además no me acuerdo de nada. Siento mucho si hice algo que te pudiese molestar – dijo con un tono de arrepentimiento que no me creía para nada - ¿colegas?
Me hubiese encantado decirle que no o darle un puñetazo que le borrase la estúpida sonrisa de la boca pero no podía obviar los ojos verdes de Nicki suplicando que le perdonara.
-       Colegas – contesté con una sonrisa fingida mientras estrechaba su mano.
Al coger su mano me apretó en señal de desafío mientras me miraba a los ojos, demostrándome que el odio era mutuo. El resto de la mañana pasó sin ninguna novedad, hasta el momento en el que Nicki se fue hacia los vestuarios a ducharse y cambiarse de ropa.
En ese momento me acerqué a Kyle y le cogí del cuello de la camiseta, empotrándole contra la pared.
-       Tu y yo no somos amigos, no te acerques a Nicki – dije apretándole contra la pared.
-       Si me acerco a ella ¿que me vas a hacer? Sabes que no me harás nada, si lo haces ella te dejará de hablar y no quieres eso – dijo con el mismo tono de chulo que ayer.
-       Me da exactamente igual que me deje de hablar o no, como le hagas daño…
-       ¿Daño? ¿Más del que le has hecho tu? Por lo menos sé que llegado el momento tendré los cojones de decirla que la quiero, no como tú. – dijo casi con asco.
Sus palabras me hicieron pensar. ¿De verdad la había hecho daño? Estaba claro que sí y en ese caso no me lo perdonaría nunca pero Kyle tenía razón, era demasiado cobarde para decirle lo que siento.
-       Ahora si no te importa ¿me sueltas antes de que vuelva para que podamos seguir con el paripé de que nos llevamos bien? – preguntó.
-       ¿Porque te importa tanto lo que piense ella?
-       Porque me gusta de verdad – dijo solamente.
Esa frase me descolocó entero pues en sus palabras y en la forma en la que las había dicho me había dado cuenta de que mi lucha sería más difícil, pues los dos, estábamos enamorados de la misma chica.
*NARRA LOUIS*
Estaba muy preocupado por Harry pues no sabía lo que había pasado y no sabía si le había pasado algo.
Salí a buscarle por las calles de Londres mientras la lluvia empezaba a caer sobre nuestras cabezas. Llegué a un parque cerca de donde vivíamos y entré allí a buscarle. No estaba allí, llamé a los chicos y tampoco estaba con ellos. No estaba con las chicas y no respondía al móvil.
Me preocupé más de lo normal pues no sabía dónde podía haberse metido. Se me ocurrió un último sitio pero era poco probable que estuviese allí.
Conduje hasta el London Bridge. Aparqué el coche y empecé a caminar por la calle que estaba unos metros al lado del cauce del Támesis. Sabía que siempre le había gustado observar el agua del rio, le hacía relajarse.
Le encontré sentado en el suelo con la espalda apoyada en la pared de un edificio. No parecía importarle el hecho de estar mojándose a causa de la lluvia ya que también llovía en su interior. No dejaba de llorar mientras sujetaba en su mano el teléfono móvil con la pantalla en negro.
-       Harry por dios. Sube al coche, vas a coger una pulmonía. – no contestó. Se limitó a levantar la mirada.
Tenía los ojos rojos  causa de las lágrimas y se veía peor que nunca.
-       Ya me da igual todo – contestó simplemente.
Me di cuenta de que no servía de nada intentar hablar con él así que le obligué a subir al coche y le llevé a casa.
Cuando llegamos se encerró en su habitación y no supimos de él en toda la tarde. Decidimos llamar a los chicos para contarles lo que había pasado ya que Patri ya me lo había contado a mí.
Vinieron después de comer y les contamos lo que había pasado con Harry y María.
-       Voy a hablar con él – dijo Liam.
-       Es inútil, lo he intentado – dije mientras me revolvía el pelo, molesto
-       No quiere salir por nada del mundo. Ni quiere comer ni nada. Está en un estado como si estuviera encerrado en sí mismo, como si no hubiese nada a su alrededor – dijo Patri preocupada.
-       No le había visto nunca así, y mira que le conozco desde hace años.
-       ¿Sabes lo que le pasa, Zayn? Que se ha enamorado por primera vez. Nunca le habíamos visto así con alguien porque las otras chicas con las que ha estado no ha sentido nada con ellas pero con Mery es diferente. Se ha enamorado, y cuando te enamoras te comportas así. – dije mirando a Patri.
-       Pues si tan enamorado estaba de ella ¿por que se estaba comiendo la boca con la otra? – contesto esta con enfado en la voz.
-       Yo tampoco lo entiendo, pero Louis tiene razón. Creo que es la primera vez que veo a Harry así por una chica, es la primera vez que le veo llorar. Con Mery le hemos visto diferente, se nota que la quiere. – dijo Liam.
-       Pues yo lo siento pero estoy de parte de María. Harry ahora mismo no me da ninguna pena, y mira que le quiero mucho pero ha sido él quien la ha engañado. Entiendo que ella no quiera saber nada de él – dijo Daniela.
-       Sí, pero ella también lo está pasando mal, porque ella también está enamorada – dijo Irene.
-       Así no llegamos a ningún sitio. Cada uno puede tener sus opiniones pero el caso es que son nuestros amigos y nos necesitan – dijo Nicki.
-       De momento yo les dejaría unos días. Están demasiado deprimidos y no van a querer ir a ningún sitio. Tienen que saber que estamos con ellos, pero sin llegar a agobiarles – dijo otra vez mi chica.
-       ¿Y después? – preguntó Niall.
-       Después ya veremos lo que pasa.
*NARRA  DANI*
Habían pasado casi dos semanas desde que Harry y María lo dejaron, y nada se había arreglado.
Mery había vuelto a casa con todas pero prácticamente no salía de su habitación. Harry por su parte se había convertido en una especie de fantasma y aunque los chicos le obligaban a salir al cine o a la bolera cuando íbamos todos, era como si él no estuviese. Tenía la mirada vacía todo el tiempo y miraba la puerta constantemente esperando verla entrar en cualquier momento.
Se les veía sufrir a los dos con la situación y a mí ya me estaba empezando a picar la mosca de que quizá hubiese algo detrás de todo el follón de Harry, ya que no me pegaba para nada que queriéndola tanto le hubiese hecho algo así.
Una mañana había quedado para hacer deporte con Zayn. Salí temprano y me encontré algo que realmente no me esperaba.
Había una chica rubia parada en la acera de enfrente mirándome muy detenidamente. No me gustó ni un pelo la forma en la que me miraba, pero cuando se dio cuenta de que la había visto se subió a un coche y se marchó
No le di importancia y me marché a correr con Zayn.
*NARRA IRENE*
Mis costillas ya estaban completamente sanas por lo que, prácticamente en contra de mi voluntad, había vuelto a casa con las chicas.
Digo en contra de mi voluntad porque no quería para nada dejar de vivir con Niall pero en parte los dos necesitábamos nuestro espacio y Mery me necesitaba.
No la había visto nunca así pero porque creo que no había estado tan colada por un chico en su vida. La verdad era que todos los chicos, de alguna u otra manera, habían conseguido llegar a nuestro corazoncito y quedarse, a cambiar nuestra vida.
No queríamos verla tan deprimida así que se nos ocurrió organizar una noche de chicas y ponernos al día.
Como probablemente lo necesitaríamos bajé a comprar helado. Iba caminando por la calle cuando sentí que un coche me seguía. Me di la vuelta para comprobarlo y efectivamente había un coche detrás de mí.
No conocía a nadie que llevase un coche así por lo que me inquieté un poco pero seguí mirando desafiante. De su interior bajó una chica alta y rubia de la que prácticamente no pude verle el rostro, pues era prácticamente de noche.
Seguí caminando dirección al Tesco mientras aquella extraña chica me seguía. Por fin entré en el supermercado perdiéndola a ella de vista.
Me dirigí a la zona de los helados pero el Tesco era grande y me perdí un poco. Cuando por fin lo encontré cogí nuestros helados favoritos. De galleta, caramelo, chocolate, menta y el favorito de Mery, el de vainilla con nueces de Macadamia.
Iba ya a pagar cuando me choqué con alguien y todo lo que llevaba en la mano se me desparramó por el suelo. Había chocado con la misma rubia que me seguía hacía un rato.
-       Uy, lo siento – dijo ayudándome a recogerlo.
-       No te preocupes, iba despistada – la miré a los ojos.
Tenía los ojos negros. Para un chico podrían resultar muy sexis pero a mí me hicieron estremecer, aquella chica no me daba buena espina.
-       Toma – dijo tendiéndome el bote de helado de Mery – lo siento.
Después se fue. Había algo en ella que me sonaba muchísimo y a la vez me daba muy mala espina, pero tenía que adivinar que.
*NARRA ??????*
Poco a poco mi plan iba empezando a dar resultados y si seguía así, me libraría de ella para siempre.
Eso tenía dos cosas buenas, cumpliría con mi venganza y me quedaría con el chico, la verdad es que estaba bastante bueno.
Volví a casa con una sonrisa de suficiencia dibujada en mi rostro.
-       Ya he llegado – grité para que me oyese bien.
-       Me alegro – dijo en un tono muy borde desde el sillón sin despegar la mirada de la pantalla de la tele.
-       Eres un borde – dije de mala gana.
-       ¿Dónde habías ido?
-       A seguir con el plan, si todo sale bien en un par de horas estaremos haciendo una visita al hospital – dije con una sonrisa maliciosa.
-       Espero que no te metas en problemas, siempre soy yo quien lo paga
-       Relájate, a demás tengo información que te interesa.
-       Cuéntamela – dijo incorporándose con visible interés.
-       Al parecer tu amiguita sale mucho con un chico moreno. Ayer la vi salir de la casa con ropa de hacer deporte, le quedaba muy bien. Tiene buen cuerpo, ese chico se lo tiene que estar pasando de maravilla con ella por las noches.
Me agarró del cuello muy fuerte, prácticamente no podía respirar.
-       No se te ocurra volver a decir eso – dijo con muchísima rabia en la voz.
-       Vale, pero suéltame
-       Ella es mía, lo has oído bien
-       Eso díselo a ese chico. No te preocupes, dentro de poco podrás atacar tú. Dentro de nada todo será como debe ser, hasta entonces te veo un poco tenso. – dije sentándome a horcajadas sobre él.
Comenzamos a besarnos y una cosa llevó a la otra, como en todas las ocasiones anteriores.
Ninguno sentía nada por el otro pero mientras cumplíamos nuestros objetivos, nos utilizábamos para saciar nuestras necesidades.
Dentro de poco no me haría falta saciarme con él ya que dispondría de Harry Styles para darme placer siempre que quisiese, pero para eso, tenía que quitarme a la chica que me había jodido la vida en el instituto de en medio.
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CHAN CHAN CHAN!!!! 
Quien será la persona misteriosa??? Ya lo descubrireis. Hoy quería pediros un favor a todas las tuiteras seguidoras del blog, RECOMENDADME!! No tengo twitter y no me dejan hacermelo así que no puedo recomendarme yo sola. Si me recomendáis, consigo mas lectoras. Si consigo mas lectoras, comentan más gente. Si comenta mas gente, subo antes. Si subo antes vosotras sois felices!!!
TODOS SALIMOS GANANDO!!
No quiero daros mas la plasta, disfrutad lo que queda de verano!!
KISSES

jueves, 22 de agosto de 2013

Capítulo 11

Despertar y enfrentarse al ayer.
*NARRA NICKI*
Me desperté con un enorme dolor de cabeza, la noche pasada me había pasado bebiendo y no me acordaba absolutamente de nada.
Intenté recordar lo que había pasado la noche anterior pero solo me acordaba de estar sentada con Kyle bebiendo y riendo, aunque también recordaba, para mi desgracia a Liam y Tammy hablando muy juntitos en la barra.
Repetir esa imagen en mi cabeza me hacía daño pero a partir de ahí todo lo demás estaba difuso. Recordaba cosas pero no lo recordaba todo, recordaba palabras sueltas después había silencio o imagines en blanco.
Me acordaba de haber bailado con alguien en mitad de la pista y después recordaba haberme besado con alguien, pero no sabía con quien. Recuerdo gritos y que alguien me trajo a casa. Recuerdo hablar con esa persona y decir cosas que probablemente estando consciente no habría dicho y después me quedé dormida.
Mi cabeza me estaba matando, me dolía demasiado así que bajé a por una pastilla y un café, me hacían falta.
Bajé las escaleras despacio ya que el sonido de mis propios pasos hacía que me doliese la cabeza y llegué al salón donde me encontré una escena súper adorable.
Liam estaba completamente dormidito en el sillón, no recordaba que hacía ahí o porque estaba ahí pero me dio igual, estaba adorable.
Me dirigí a la cocina y empecé a preparar el desayuno para él y para mí. El verle en el sillón me preocupo y me hizo pensar en que hice anoche. ¿Besé a Liam? Si de verdad le había besado soy la persona más idiota en la faz de la tierra por no recordarlo.
Preparé café y tortitas con nata y nocilla y me tomé la pastilla para el dolor de cabeza. Miré la hora en el reloj del microondas y me di cuenta de que solo había dormido 5 horas, eran las 10 de la mañana.
Preparé las cosas en una bandeja y fui al salón donde liam seguía dormido en el sillón.
Dejé la bandeja en la mesita de enfrente de la tele y me acerqué a él. Le sacudí un poco el hombro y empezó a abrir los ojos.
-       Buenos días – dije con una sonrisa inconsciente saliendo de mis labios.
-       Buenos días, ¿que tal te encuentras? – preguntó, como siempre, se preocupaba de los demás antes que de él mismo.
-       De pena ¿y tú? – pregunté.
-       Asombrosamente bien, el sillón es muy cómodo – dijo con una sonrisa.
-       He preparado el desayuno – dije acercándole una bandeja con dos cafés y dos platos de tortitas.
-       Que rico – dijo incorporándose y sentándose en el sillón – que honor, me traes el desayuno a la cama – dijo riendo mientras me invitaba a sentarme a su lado a desayunar.
-       Bueno, si a esto se le puede llamar cama, ¿por qué has dormido aquí? – dije mientras me acurrucaba a su lado.
-       Porque tú me lo pediste – dijo mientras bebía un poco de café.
-       ¿Te pedí que durmieses en el sillón? – dije en tono de burla mientras también cogía mi taza de café.
-       Algo parecido – dijo mirándome y sonriéndome.
-       ¿Hice muchas tonterías anoche? – pregunte mientras me empezaba a comerme una tortita con mucha nata, con la que acabé manchándome la nariz.
-       Unas pocas – dijo riendo mientras también cogía una tortita y se manchaba la comisura del labio con nocilla.
-       ¿Me las contarás? – pregunté poniendo cara de niña buena.
-       Depende – dijo riendo.
-       ¿De que? – dije mientras me quitaba la nata de la nariz.
-       De lo que me des a cambio – dijo antes de volverme a manchar la nariz con el dedo pringado en nocilla.
Así pasamos la mañana, entre bromas y risas, como si no hubiese pasado nada. Me pregunto que haría yo ayer,  para que hoy estemos tan bien. Fuese lo que fuese, aquella mañana fue la mejor de mi vida.
*NARRA NIALL*
Desperté por culpa de los pequeños rayitos de sol que entraban por la ventana. Me costó unos segundos ubicarme y recordar lo de ayer. Cuando lo hice una norme sonrisa inundo mi cara.
Irene estaba a mi lado, aún dormida por lo que empecé a darle besos empezando por el hombro, siguiendo por el cuello hasta llegar al lóbulo de su oreja, donde me detuve hasta hacerla despertar.
-       Buenos días – dijo sonriendo.
-       Ahora son mejores – dije sonriendo y besándola con propiedad.
-       Lo de anoche… - empezó a decir, pero no la dejé continuar.
-       Estuvo genial – dije sonriendo – hay que repetirlo – dije de broma.
-       Tonto – dijo dándome un golpe el brazo – me voy a duchar.
-       ¿Puedo ducharme contigo? – dije moviendo las cejas arriba y abajo.
-       Rubio, tu estas un pelín salidillo – dijo riendo.
-       No un pelín, estoy muy salidillo pero eres tú, que me provocas – dije.
-       Normal, tienes a una diosa del sexo por novia – dijo camino del baño.
-       Que culito tiene mi niña – dije para hacerla de rabiar, mientras se iba.
-       Horan, deja de mirarme el culo – dijo antes de cerrar la puerta del baño.
Me tiré de espaldas en la cama y miré al techo mientras pensaba en que suerte había tenido encontrándola, por fin había encontrado a la princesa de mi cuento, espero no perderla nunca.
*NARRA HARRY*
No conseguí pegar ojo en toda la noche. Cuando los chicos se fueron a acostar a mi ya se me había pasado la borrachera y me sentía un completo gilipollas.
Realmente no sé lo que pasó. Recuerdo bailar con ella y de repente se marchó. Me fui a la barra y una chica me invitó a un chupito un poco raro, después me tomé otro, y otro, y otro, perdí la cuenta cuando llevaba 6 chupitos de ese liquido al que recuerdo que la chica bautizó como “Sangre”. A partir de tomarme los chupitos la situación se me fue de las manos y no sé como acabé besando a aquella chica, solo recuerdo a Mery llorando y después volví a la realidad.
No me acordaba de que me había pasado para acabar como acabé. Recuerdo estar cabreado conmigo mismo por haberle hecho eso a María y me sentía como una puta mierda. La busqué por las calles pero no la encontré por ningún sitio.
Volví a casa hecho una furia y empecé a romper todo lo que pillé por mi paso. Después lo único que quería hacer era olvidar y me eché a beber alcohol, sin pensar que eso no solucionaba nada.
Me sentía atrapado en mi habitación después de estar toda la noche llorando y encerrado como un perro enjaulado asi que me dispuse a intentar hacer algo, tenía que solucionar la cagada de la noche anterior como fuese. Cogí el teléfono y la llamé, pero, como era esperar, no lo cogió. Me desesperé y me lancé a buscarla pero no sabía por dónde empezar. Llegué a casa de las chicas y nada, no estaba en el edificio de los chicos y ya no sabía por dónde buscar.
Volví a llamarla hasta 7 veces pero siempre con la misma respuesta, no lo cogía. En su lugar yo tampoco lo cogería pero necesitaba escuchar su voz, y saber que estaba bien, a pesar de ser un completo gilipollas, era lo bastante listo como para saber que me moriría si le pasase algo.
Ya no sabía que hacer y la rabia y la impotencia volvían a mi cuerpo, esta vez en forma de lagrimas. Solo se me ocurrió una última cosa antes de derrumbarme del todo. Le mandé un mensaje del que realmente no esperaba respuesta.
*NARRA MERY*
Tras aquel abrazo me derrumbé otra vez sobre el pecho de Adri a llorar. Él entendió que en esos momentos era lo único que necesitaba, y no contarle porque estaba en ese estado.
Se tumbó en el sillón y me acurrucó entre sus brazos, como cuando éramos pequeños y estaba asustada de algo. Pasé las horas allí mientras él me susurraba palabras tranquilizadoras al oído y por fin a las 6 de la mañana conseguí dormirme.
Realmente no dormí nada aquella noche, cada 10 minutos me despertaba volviendo a llorar y asustando a mi hermano. Harry tenía la culpa de mis lágrimas pero en parte, yo me sentía culpable de todo.
Culpable por haberme enamorado de un completo desconocido que me engatuso con sus encantos par después dejarme como un trapo viejo, culpable por no haberme dado cuenta a tiempo, culpable por dejar mi corazón expuesto al dolor, culpable de quererle…
Las lágrimas caían por mi rostro incesables mientras mi cuerpo se entumecía al no moverse por horas. No entendía por que me afectaba tanto todo esto conociendo a Harry desde hacía tan poco tiempo pero una vocecita repetía incansable en mi cabeza “porque te has enamorado por primera vez”.
No sabía que podía doler tanto enamorarse de alguien, pero así era, dolía muchísimo.
Sobre las 12 de la mañana  mi hermano comprendió que necesitaba encerrarme en algún sitio donde poder desahogarme tranquila y llorar hasta caer rendida así que me llevó a la que era mi habitación antes de mudarme con Patri.
Allí me subí a la cama y me senté en la esquina mientras abrazaba uno de los cojines y lloraba como si con cada lágrima una parte de mi dolor se fuese.
 Perdí la noción del tiempo en algún momento dado y me encerré en mi burbuja en la que no pasaba nada a mí alrededor mientras mis lágrimas  caían constantemente.
Solo conseguí salir de aquella extraña nube cuando mi móvil empezó a sonar. En la pantalla brillaba “Mi rizos” junto a una foto de Harry, cosa que me hizo llorar mas mientras el teléfono seguía llorando.
Volvió a sonar hasta 8 veces y ninguna lo cogí hasta que sonó el tono de un mensaje.

“Entiendo que no quieras saber nada de mí y que me odies porque soy un completo gilipollas. No te estoy pidiendo que me perdones porque me lo merezco pero necesito saber que estás bien. Necesito hablar contigo y explicarte lo de anoche aunque entiendo que no quieras saber nada de mí. No olvides nunca que te quiero. Lo siento muchísimo.
                                                                                                                                                        HARRY.”
Me temblaban las manos mientras mis dedos bailaban sobre la pantalla de mi teléfono contestando a su mensaje.
Sus palabras me dolían y hacían que las lágrimas cayesen con más violencia. Estaba cansada de tanta mentira y la rabia recorría mi cuerpo mientras escribía una respuesta de la que no sentía ni una palabra.

“Estoy bien pero por favor déjame en paz. No quiero tus explicaciones al igual que no quiero saber nada mas de ti. Si me quisieses no me hubieses hecho tanto daño pero me da igual, no te mereces ni que llore por ti. Olvídame porque ya no nos une nada, rompiste todo lo que teníamos ayer por la noche. Espero que encuentres lo que buscas porque no dudes que yo intentaré encontrarlo
                                                                                                                                                          MARÍA.”
Solté el móvil sobre la mesilla y me tiré sobre la cama a llorar. Mi corazón estaba completamente destrozado, pero ya no había marcha atrás.
*NARRA LOUIS*
Desperté sobre las 3 de la tarde mientras Patri me zarandeaba suavemente. Abrí los ojos sonriendo mientras esperaba verla con una sonrisa y un beso preparado para mí pero, con lo único que me encontré fue con sus ojos pardos llenos de preocupación.
-       Louis cariño, lo siento no quería despertarte pero no quería marcharme así de repente – dice preocupada.
-       No te preocupes, ¿Que pasa? – pregunto adormilado.
-       Me he llamado el hermano de María diciéndome que llegó ayer por la noche a su casa llorando y que todavía no ha dejado de llorar. Dice que no quiere hablar con nadie y no quiere comer ni nada. Supongo que ayer le pasó algo con Harry y por eso están los dos así. Me voy, sé que me necesita y tu habla con Harry, probablemente necesite a su mejor amigo. – dice depositando un suave beso sobre mis labios.
-       Vale, tranquila yo hablo con él.
-       Dale un beso de mi parte – dice saliendo por la puerta.
Me empecé a desperezar mientras me frotaba los ojos e intentaba asimilar toda la situación, pero mi cerebro iba demasiado despacio a esas horas de la vida.  De repente oí un quejido de Zayn y luego risas, gritos y más risas.
Un poco preocupado bajé las escaleras y me los encontré tirados en el suelo del salón matándose a cosquillas.
Les mandé a la mierda por haberme asustado y volví a subir escaleras arriba mientras ellos seguían riendo.
Se me ocurrió mirar pasar por la habitación de Harry para que me explicase que le pasaba y ofrecerle toda mi ayuda. Normalmente era al revés como funcionaban las cosas porque el que acababa herido era yo en vez de Harry.

Llamé a la puerta pero no contestó nadie por lo que entré en su habitación encontrándomela completamente vacía. Le llamé al móvil pero no contestó, volví a llamarle pero no había respuesta, así que me vestí y salí a buscarle,  solo esperaba que no hubiese hecho ninguna tontería.
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Bueno chicas lo prometido es deuda y aunque es un poco tarde, mientras escribo esto sigue siendo mi cumple aunque cuando lo mande probablemente ya hayan pasado las 12 de la noche y sea 23 oficialmente, menos para los de Canarias.
Aclarar una cosa, el chupito sobre el que habla Harry se hace a base de Martini Rosso, tequila y vodka por lo que es bastante fuerte, aunque esa no es la razón por la que Harry está como medio drogado, ya lo descubrireís. Que sepaís que ultimamente me informo de las cosas para que veaís que no soy una inculta.
Sinceramente tengo sueño así que deciros que me fui a Callao a la premiere y me lo pasé genial y que la película es una pasada, que tengo muchas ganas de que vengan los chicos, que no me cae nada bien la "supuesta novia" de Liam y que tengo sueño por que me he ido a la warner con unos amigos y estoy rota. 
Disfrutad de los días que quedan de verano y comentad mucho.
KISSES