martes, 12 de noviembre de 2013

Capítulo 22

Here I am.
*NARRA PATRI*
Había pasado una semana exactamente desde mi cumpleaños y ya nos estábamos preparando para otro asalto, el de Liam.
Aparentemente todo había vuelto a la normalidad. Harry y Mery habían vuelto más felices y unidos que nunca y estaban de un meloso que daba asco. Lou y yo estábamos genial también, aquel viaje me había enseñado a quererle más si era posible y cada día estaba más enamorada.
Irene y Niall estaban un poco desatados y cada vez se preocupaban menos de esconderse. Podías dar dos pasos que en cuanto te dieses la vuelta para ver si te seguían estaban devorándose el uno al otro como dos lobos hambrientos, daban un poco de asquito.
Una de las veces que solté uno de mis “Que asco”, Irene contestó:
-       Eso es porque no has probado el sexo cariño. Louis, haber si te pones las pilas.
Los dos enrojecimos al instante y los demás empezaron a reírse Mery, Nicki y Dani incluidas.
-       Vosotras no se dé que os reis, que yo sepa no sois ningunas expertas. – contesté de mala gana.
-       Pero no somos vírgenes  – dijo Daniela.
-       Habla por ti – dijo Nicki también roja como un tomate.
-       ¿Eres virgen? – preguntó Mery sorprendida.
-       Si, ¿tú no? – preguntó la rubia.
Mery también enrojeció y Harry soltó una carcajada contenida por la reacción de su novia.
-       Nicki, ¿no te han dicho nunca que lo mejor de las peleas son las reconciliaciones? – contestó Zayn muerto de la risa.
-       ¿Podemos cambiar de tema? Estamos comiendo – dije cortándoles el royo. Me sentía incomoda hablando del tema.
-       Pobre Louis – dijo Harry dándole una palmadita en la espalda – te has enamorado de una monja.
-       ¡Styles! – grité cabreada – como vuelvas a llamarme monja te corto los rizos.
-       ¡Nooooooo! ¡Los rizos no!
Volvíamos a estar mejor que nunca y se notaba en  el aire. Todos estábamos felices y contentos y por fin volvíamos a ser una gran familia.
Esa tarde estábamos todas en casa preparándonos para el cumple de Liam. Habíamos pensado hacerlo un poco diferente esta vez, y disfrazarnos en vez de ir con vestidos de fiesta.
Nadie le había dicho a nadie de que se iba a disfrazar y así la cosa tenía más gracia, y solo habíamos  puesto una regla, no valía comprar los disfraces, había que hacerlos con ropa normal y mucha imaginación. La casa ahora mismo era un desastre, María sacaba ropa de los armarios como una posesa sin saber que ponerse. Daniela gritaba buscando el maquillaje que yo le había escondido, Irene estaba dormida y Nicki creo que estaba en la ducha.
Yo por mi parte me había duchado hace un rato, y estaba encerrada en mi habitación en ropa interior y con el pelo recogido con una toalla.
Estaba sentada en la cama rodeada de hilos y telas terminando de coser mi vestido mientras escuchaba música. Se me había ocurrido vestirme de Alicia en el país de las maravillas y con una camisa azul muy fea que encontré en mi maleta, supongo que sería de mi abuela o algo así y con un poco de tela azul me había hecho un vestido. Me había arreglado un delantal viejo que tenían Louis y Harry en casa, haciéndomelo un poco más femenino para que se adaptase a mi figura. Le había cogido a Dani unas medias estrambóticas y me había puesto unas de mis botas favoritas con un lazo de Mery en la cabeza, y había quedado un disfraz original.
Estaba dándole las últimas puntadas al cuello del delantal cuando llamaron a la puerta.
-       Pasa. – apareció una cabecita rubia por la puerta - ¿Que pasa Nicki?
-       Patri, ¿Puedo hablar contigo?, tengo un problema. – dijo sonrojada.
-       Claro – retiré un poco los hilos para que se sentase conmigo en la cama – ven, ¿Que te pasa?
-       Bueno es que haber, no sé si sabes que el día de tu cumple, cuando te marchaste Liam, Tammy, Kyle y yo nos fuimos de fiesta.
-       Sí, me lo han contado, que Liam le rompió la nariz a Kyle.
-       Si bueno, eso no fue lo único que paso.
-       Cuéntame.
-       Pues haber, digamos que esa noche Liam bebió un poco más de la cuenta, estaba bien, pero ya sabes que el alcohol te hace hablar más de la cuenta.
-       Si, ¿Y que?
-       Pues que esa noche yo también bebí pero iba mucho más coherente. Me puse celosa de Tammy y se lo eché en cara a Liam.
-       Y se mosqueó.
-       No exactamente.
-       ¿Entonces?
-       Me dijo que estaba enamorado de mí, no de ella.
-       ¡Que bien! – dije alegrándome por ella.
-       No, de que bien nada.
-       ¿Por?
-       Porque no se acuerda absolutamente de nada de aquella noche.
-       Joder que putada.
-       Pues sí, un poquito. El caso es que a mi Liam me gusta mucho y eso y no sé como hacerle ver que me importa. Quería sorprenderle hoy pero no se me ha ocurrido nada que le vaya a sorprender, además no me veo bien en nada.
-       No seas tonta, si eres perfecta.
-       No sé yo.
-       No te preocupes que vamos a hacer que a ese chico se le caiga la baba cuando te vea.
***
-       Pues creo que ya estás – dije una hora más tarde - ¿Que te parece?
-       Guau, ¿Esa soy yo?
-       Yo creo que sí.
-       Muchas gracias Patri.
-       De nada hombre, lo que no se es como no nos lo has dicho antes.
-       Lo que no se yo es como hemos hecho esto – se señaló a sí misma – en una hora.
-       Cariño, estando en una casa con cuatro chicas mas, ropa no te va a faltar – dije riéndome.
-       Por cierto, eres toda una manitas. ¡Me encanta el corsé!
-       Solo es un corsé negro y un poco de papel adhesivo amarillo. No me entretengas que tengo que terminar mi vestido que a este paso siempre soy la última.
-       Te debo una – dijo saliendo por la puerta.
-       Estas niñas me van a matar – suspiré aguantando una carcajada.
Recogí un poco el desorden que habíamos montado entre Nicki y yo y me puse a terminar de coser y a vestirme, iba a ser una noche interesante.
***
Habíamos quedado en el bloque de apartamentos de Liam, Niall y Zayn y, a pesar de las muchas insistencias de los chicos, habíamos decidido que no viniesen a buscarnos. Queríamos reírnos un rato cogiendo el metro de Londres cuatro españolas y una inglesita de Manchester vestidas del calibre que íbamos.
Daba risa solo vernos tal y como íbamos. Mery iba de caperucita roja y le faltaban algunos metros de falda, a Harry se le iba a caer la baba solo con verla. Nicki iba perfecta con el disfraz de Batwoman, iba encantada. Daniela iba de soldado con una pistola de airsoft y balas de mentira, tan macarra como siempre. Ella no había dicho nada, ni lo admitiría nunca pero se le notaba que estaba coladita hasta los huesos por cierto moreno que pensaba poner firme con ese fusil.
 Yo había terminado de coserme el vestido a tiempo y la verdad es que iba muy mona. Irene bueno… Irene era un caso aparte. No se sabía exactamente de qué iba pero se excusaba diciendo que tenía poca imaginación para esas cosas.
Salimos de casa entre risas y empezamos a caminar por la calle ante la atenta mirada de los londinenses que se sorprendían a vernos con esas pintas.
Nos subimos al ajetreado metro de Londres y empezaron las risas. La gente de nuestra edad salía de casa a esas horas para irse de fiesta por lo que no encontramos con varios adolescentes de nuestra edad en el metro. Unos se reían y otros, chicos la mayoría nos piropeaban, porque por qué no decirlo, íbamos bastante cortas y estábamos bastante buenas.
Hicimos un trasbordo y al siguiente tren al que subimos estaba bastante cargado de gente, ya que iba al centro de Londres. Nos quedamos de pie y sentíamos a la gente muy pegada a nosotros. De repente me tocaron el culo.
-       Como me vuelvas a tocar el culo te tiro al suelo de la hostia que te doy subnormal – dije dándome la vuelta.
-        Yo también me alegro de verte cariño.
*NARRA LOUIS*
Sabíamos que las chicas se habían empeñado en ir en metro así que decidimos cogerlo nosotros también. Íbamos con unas pintas como para morirse. Harry iba disfrazado de canguro y yo me había puesto una camisa abrochada hasta el último botón con una pajarita negra bajo una camiseta de Superman. Me había puesto mis gafas de leer (esas que rara vez me ponía) y me había peinado con la raya al medio. Parecía idiota pero se supone que iba disfrazado de Clark Kent.
Al cambiar de tren empezamos a escuchar muchas risas femeninas y mucho escándalo. Nos acercamos a la parte de adelante del vagón con dificultad por que había mucha gente y descubrimos un grupito de 5 chicas disfrazadas igual que nosotros riéndose y gritando como unas locas. No podían ser otras que nuestras chicas. Nos acercamos a comprobarlo y efectivamente, allí estaban ellas cada una en un vestido diferente disfrazadas.
Ellas no nos habían visto así que decidimos acercarnos a darlas un susto. Reconocí a Patri enseguida. Iba con un vestido azul unas medias de rayitas y unas botas altas de tacón. Se había dejado el pelo suelto y llevaba un lazo negro en la cabeza. Iba guapísima

Me acerqué hasta ella y me puse justo detrás. Iba a agarrarla de la cintura pero me empujaron y mi mano acabó en su culo. Ella empezó a gritar como una loca y yo no pude reprimir una sonrisita.
-       Como me vuelvas a tocar el culo te tiro al suelo de la hostia que te doy subnormal – dijo dándose la vuelta sin saber que era yo.
-       Yo también me alegro de verte cariño – le contesté con una sonrisita traviesa sobre mis labios.
-       Louis – dijo con los ojos muy abiertos.
-       Patri – dije sin aguantar la risa – Parece que has visto un fantasma – pasé una mano por delante de sus ojos.
-       ¿De que se supone que vas disfrazado? – preguntó Daniela.
-       De Clark Kent – contesté – ¿Piensas darme un beso?
Me besó sonriendo, después enganchó el cuello de mi camisa y acercó su boca a mi oído para susurrar.
-       Tomlinson, como vuelvas a tocarme el culo, te corto las manos.
*NARRA HARRY*
Mientras Louis se colocaba detrás de Patri, me acerqué a María. Las cosas estaban mejor que nunca y yo lo agradecía en el alma.
-       Vas muy guapa Caperucita. – dije besándole el cuello desde atrás.
-       Tendrías que haberte vestido de lobo en vez de canguro. – dijo juguetona sin darse la vuelta.
-        Ganas no me faltan de comerte enterita – continué besándole el cuello y dejándonos llevar por la pasión me pasé de beso.
-       ¡Styles! – gritó de repente riendo - ¡Me has hecho un chupetón!
-       Parece ser que si – dije divertido.
-       Tu, ríete, que cuando vea a mi hermano es lo primero que le enseño.
-       Para cuando veas a tu hermano habrá desaparecido – dije despreocupado.
-       ¿Desde cuándo los chupetones duran 10 minutos?
-       ¿Como? – pregunte nervioso.
-       Ay ricitos, nunca cambiarás – dijo Louis dando una palmada en mi hombro.
-       Adri va a la fiesta – dijo Dani.
-       ¡No me jodas! – mi cara perdió todo su color.
-       Styles, la has liado pero bien – dijo mi novia muerta de la risa.
***
En cuanto llegamos al edificio yo estaba rojo de la rabia y Mery roja de la risa. Se había pasado  todo el resto del viaje burlándose de mí. Aún así hice un último intento por salvar mi culo.
-       No se lo digas, no quiero tener una muerte prematura, soy muy joven y tu hermano me da miedo. – la cogí por la cintura.
-       Eso te pasa por exceso de pasión.
-       Venga…
-       Suplícame un poquito. – dijo coqueta.
-       No te voy a suplicar nada.
-       Acabas de perder tu última oportunidad. – dijo subiendo las escaleras al piso de Liam.
Iba mal si quería ganarme la bendición de Adri. Solo me quedaba el consuelo de que fuese igual de liberal que yo (aunque dudo mucho que lo fuese tratándose de su hermana pequeña), me quedaba el consuelo, de que esta vez sí intentaba pegarme, podría defenderme, levaba los guantes de boxeo puestos. 
*NARRA NICKI*
Subimos a la azotea donde se supone que nos estaban esperando los demás. Por el camino las piernas me temblaban como un flan, y realmente no sabía por qué.
Aparentemente era simplemente una quedada entre un grupo de amigos para celebrar el cumpleaños de uno de ellos pero si te parabas a pensar que para mí era una quedada entre amigos para celebrar el cumpleaños del chico del que estaba enamorada pero tenía que callármelo por timidez, las cosas cambiaban un poco.
Me quedé atrás antes de salir a la azotea, parándome frente a una puerta de metal, la única barrera que me separaba del terror que suponía se iba a convertir aquella fiesta. Puse una mano en mi pecho para intentar calmar mi corazón para intentar calmarlo pero no lo conseguía, y estaba empezando a agobiarme.
Empecé a respirar más fuerte y Patri lo notó.
-       Chicos, id pasando vosotros que tengo que hablar con Nicki sobre una cosa importante.
-       ¿No nos podemos quedar? – dijo el rulos.
-       No seas cotilla Styles – dijo Mery llevándoselo de allí.
-       No tardes – dijo Louis antes de depositar un dulce beso sobre los labios de Patri.
Cuando se separaron a Patri, se le instaló una sonrisa en la cara.
-       Se os ve genial – dije sonriendo. Todos habían cruzado la puerta y nosotras nos habíamos sentado en las escaleras.
-       Le quiero mucho.
-       Te tengo envidia – dije.
-       No tienes por qué.
-       Si, si tengo por qué. Eres preciosa, tienes un novio impresionante, que te quiere como tú le quieres a él, estás súper segura de ti misma y no le tienes miedo a nada, me gustaría ser como tú.
-       Nicki – levantó mi mirada para que dejase de mirarme los pies y la mirase a los ojos – Eres perfecta. Tienes un pelo precioso y unos ojazos que ya me gustaría a mí. Eres una chica sincera, simpática, guapa, divertida, cariñosa, talentosa y contigo el mito de que las rubias son tontas se rompe. – consiguió sacarme una medio sonrisa pero mi mirada volvió a mis pies – Tiene un defecto, eres tímida ¿Y que más da? Eso se soluciona, además todos tenemos defectos.
-       Si pero me da miedo que mis defectos me alejen de Liam.
-       ¿Eso es lo que te preocupa? ¡Vaya estupidez! Nicki, a Liam le tienes tonto perdido, le gustan tus defectos, no tienes que cambiar nada para gustarle porque le gustas tal y como eres ¿es que no lo ves? Tus defectos pueden ser tus mejores virtudes.
-       ¿A que te refieres?
-       Tu timidez, te hace parecer una niña súper dulce, pero cuando te sueltas eres como un león, peleando por lo que te importa.  Sobre lo de que no eres una persona segura de ti misma, ¿has probado alguna vez a hacer algo sin importarte lo que pudiese pasar?
-       No – contesté sincera.
-       Pues hazlo. Pisa fuerte y di aquí estoy yo, que si te caes alguien estará para sujetarte, y si no, estará para recogerte. No le puedes tener miedo a la vida porque si no te la vas a perder, y te vas a perder muchas cosas.
No sabía que decir.
-       Me voy para que lo pienses sola. Si en cinco minutos no has entrado diré que te has ido a casa porque te encontrabas mal, pero si entras, quiero que entres muy segura de ti misma, con ganas de decir aquí estoy yo, con ganas de divertirte, y con ganas de hacerle ver a Liam de que estás echa.
Después de eso abrió la puerta de metal y la cruzó dirigiéndose a la fiesta y dejándome sola con mis pensamientos.

Tras 3 minutos decidí que la vida estaba para vivirla y punto. Así que respiré hondo y con toda la seguridad que conseguí reunir abrí la puerta y salí a la azotea.
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Bueno bueno bueno al final e conseguido escaparme y subir otro capitulo. Este capítulo es especial porque quiero haceros publi de la página web de mi tía. Ahora le ha dado por hacer bisuteria y la verdad es que se la da de perlas. Tiene cosas para mas mayores pero tiene otras en fosforito y con infinitos muy Directioners, Os dejo la dirección para que os paseis que se que le va a hacer ilusión.
Mas cositas, sigo pidiendo que me hagais shipeos aquellas que no los habeis hecho, QUIERO VUESTRA OPINIÓN. Y quería mandarle desde este capi un besazo enorme a mi Campy que me va a meter en una de sus novelas. Cmpy te dedico el cap.
A partir de ahora le voy a dedicar el capítulo a la chica que ponga el comentario mas original. Iros preparando que llegan sorpresas, no solo en la novela. Y hasta aquí puedo escribir.
Un besazo
KISSES

lunes, 4 de noviembre de 2013

Capítulo 21

Te amo.
*NARRA MERY*
La bronca que me esperaba cuando volví a despertar me hizo querer volver a dormirme. No era por parte de Harry, que no se había alejado de mi ni dos milímetros, si no de mi hermana y de los médicos.
El desmayo había sido por haberme levantado tan deprisa y haberme quitado los cables de golpe, pues aunque no me había dado cuenta, había empezado a sangrar por el brazo y había perdido tanta sangre que habían tenido que hacerme una transfusión inmediata.
No habían querido decirme quien de los presentes me había donado su sangre pero no me había hecho mucha falta sus explicaciones ya que había pillado a Harry con un algodoncito atado a la parte superior del codo. A ese chico le debía prácticamente mi vida.
Después de hablar, llorar, reír y pedirnos perdón mutuamente, las cosas habían vuelto a ser como eran. Estaba claro que ninguno de los dos podía vivir sin el otro y dado que no teníamos razones para hacerlo, habíamos vuelto.
Los chicos me llamaron preocupados pues Harry les había contado lo que había pasado, y que habíamos hecho las paces. Les prometí volver pero también necesitaba un tiempo para mí misma, tiempo que no importaba compartir con Harry.
Los médicos me dieron el alta dos días más tarde asegurándome que no tendría ningún problema más si volvía a comer como de costumbre. Harry, que no se separaba de mí ni para ir al baño se encargaba de seguir eso a rajatabla cosa que me agobiaba un poco pero que a la vez me encantaba.
El martes por la mañana salí del hospital de la mano de mi guapo ingles y empezamos a dar una vuelta por Villaviciosa, mi pueblo.
Inconscientemente mis pasos me llevaron a uno de los lugares a los que más les dolía ir, pero a los que ya era hora de hacer una visita.
-       ¿Que hacemos aquí? – dijo mi chico en la puerta del cementerio.
-       Venimos a visitar a mi madre.
La voz se me quebró al pronunciar esa frase, pero Harry apretó mi mano, dándome fuerzas, y yo comencé a caminar por los pasillos de tumbas que llevaban hasta el sepulcro de mama.
Cuando estuvimos delante, cambié las flores por unas que compré en la entrada, y me senté sobre el frio mármol, como una niña pequeña que se sienta en el regazo de su madre para contarle una travesura o un secreto. Harry permaneció en un segundo plano pues entendió que ese momento era de mi madre y mío

-       Hola mama – dije con la voz quebrada. – Siento no haberte venido a visitar pero es que duele mucho. Te echo de menos, y ahora te necesito más que nunca. Nos hemos mudado porque no podíamos seguir aquí. Papa sigue con Vanessa y no la aguantamos, sabemos que el tampoco la quiere como te quiso a ti, pero no quiere quedarse solo. En parte le entendemos pero no a Vanessa, ella intenta sustituirte y no se da cuenta de que no lo va a conseguir nunca. Cuando Adri volvió de Alaska nos mudamos a Londres, y, bueno, hemos empezado allí otra vida.
Hemos conocido a más gente y creo que desde que pasó lo tuyo han sido los únicos capaces de hacerme sonreír. Sé que te hubiese encantado conocerlos, pero están en Londres. Mama también quiero presentarte a Harry. Él es el chico que ha robado mi corazón. Aún me acuerdo cuando lo pasé tan mal por lo de Diego y me dijiste que sabías que no era el chico correcto. Me dijiste que el chico correcto es aquel que te hace llorar pero que compensa todas y cada una de esas lagrimas.
Me lo hace pasar mal, pero ningún amor es perfecto y también, es el que más me hace sonreír. No hace mucho que estamos juntos y no hace mucho que le conozco, pero la vida está para vivirla y eso es lo que estoy haciendo. Es verdad que me lo ha hecho pasar un poco mal pero, siento esas mariposillas que tú me decías cuando le miro a los ojos – me di la vuelta y le miré – creo que este chico es especial.
¿Sabes? Hoy es uno de esos días en los que más te echo de menos. Hecho de menos sentarme contigo en el salón, tapadas con mantas y que me acariciases el pelo mientras me consolabas o me dabas consejos, cuando me protegías…
La voz se me apagó por culpa de las lágrimas y no pude seguir. Harry se acercó a mí, y me abrazó por la espalda.
-       Hola Ana – empezó a hablar – Soy Harry. Solo quería decirte cosas que probablemente tú ya sabes. Tienes una hija estupenda de la que seguro estás muy orgullosa. Es guapa lista y lo tiene todo, incluso mi corazón.  Supongo que como madre de cualquier adolescente ahora estés preocupada pero te prometo que voy a cuidar de ella por los dos, por ti y por mí.  También quería darte las gracias por traer al mundo a María, porque ella ilumina mi mundo, y me hace ser quien yo quiero ser. Ella me convierte en mejor persona y moriría por ella. Te prometo no dejarla sola nunca.
Me di la vuelta y besé cortamente sus labios agradeciéndole sus palabras y me volví a dirigir a aquel trozo de piedra frío bajo el que estaba enterrada mi madre.
-       Mamá, de verdad siento venir tan pocas veces a verte pero entiende lo duro que se hace esto para mí. Que no venga no significa que te haya olvidado, pues todas las noches, miro al cielo y mirando a la estrella que mas brilla te sonrío, sigo pensando que eres la estrella más bonita de todo el cielo.
Después deje mis lágrimas caer silenciosamente, sin pararme a retenerlas. Me agaché y presioné los labios contra el mármol como si depositase un suave beso en la frente de mi madre, para después coger la mano de Harry e irnos de la mano y en silencio hacia mi casa.
***
-       ­ ¿No vas a preguntarme nada? – dije una vez que estábamos los dos sentados en el sofá de mi casa.
-       No voy a pedirte explicaciones si es a lo que te refieres, no me hacen falta, todos guardamos algún secreto. – dejo acariciándome el pelo.
-       Eso no es un secreto muy normal que digamos.
-       Supongo que me lo contarás cuando estés preparada, tiene que ser muy duro.
-       Lo es, pero es justo que lo sepas.
-       Como quieras, pero no tienes que hacerlo si no quieres.
-       Si que quiero. – miré sus ojos – Mi madre murió hace dos años. Tuvo un accidente con el coche y la ingresaron en el hospital. Al parecer el accidente no había sido gran cosa pero le querían hacer unas pruebas para comprobar que todo estaba bien, pero eso no era verdad. Le encontraron un coagulo de sangre en la cabeza, y si no se lo extirpaban podía morir. Decidió operarse aun sabiendo que era una operación muy complicada. Se despidió de mi hermano y de mi padre y cuando se despidió de mi me regalo su pulsera favorita y me dijo que sabía que no iba a salir viva de aquella operación y me pidió que cuidase de mi hermano. Le dije que todo iba a salir bien, pero la operación se complicó y murió en la mesa de operaciones.
-       Lo siento mucho – Harry limpió las silenciosas lágrimas que corrían por mi rostro con sus pulgares.
-       Fueron unos meses horribles, el mundo se me venía encima y no podía con mi vida. Ahí empezaron los cortes. Unos meses más tarde mi padre conoció a Vanessa y eso no hizo otra cosa que empeorarlo todo. Estoy segura de que no siente nada por ella, solo no quiere quedarse solo, pero en ese momento no lo entendía y se lo eché en cara. Mi padre empezó a viajar más y cada vez nos veíamos menos. Cuando mi madre murió Adri estaba en Alaska, solo vino para poder despedirse y se marchó cuando nos anunciaron que había muerto, así que me quedé completamente sola. Lo pasé fatal, y mi único apoyo fue Alejandra. Ella fue quien me convenció de que dejase los cortes, me decía que a mi madre no le hubiese gustado verme así, pero aún así seguía echa una mierda.
Fue un momento muy duro para mi supongo. Cuando a mi hermano se le terminó la beca volvió aquí y me encontró fatal. La pena me había consumido y me estaba ahogando muy lentamente en mis lágrimas, así que nos fuimos a Londres. Cambié de vida, y volví a sonreír gracias a vosotros, volví a ser la Mery que mi madre adoraba, la  niña alegre.
Cuando paso lo de Claire, me culpé por ello. Pensé que yo era la que alejaba a la gente de mi lado. Tenía muchísimo miedo a volver a quedarme sola Harry…
-       Tranquila – susurró en mi oido.
Me tragué mis lágrimas y seguí hablando.
-       Te has convertido en una persona muy importante para mi, una persona por la que cometería cualquier locura y me da mucho miedo perderte…
-       No vas a perderme ¿Me oyes? – asentí – no vuelvas a irte nunca por favor, no podría soportarlo.
-       Te lo prometo, siempre que me prometas quedarte a mi lado.
-       Te lo prometo.
***
Harry se marchó unas horas más tarde al hotel, alegando que necesitaba descansar y que mañana a primera hora venía a verme.
Me tumbé en la cama mirando al techo y me quedé dormida sobre las 8 de la tarde. A las 12 de la noche, el sonido de una guitarra me despertó. Venía de la calle y me asomé a ver que pasaba.
Cuando saqué la cabeza por la ventana no podía creérmelo.  Había muchas velas colgadas de los arboles del jardín y Harry, con una guitarra colgada del cuello sonreía bajo mi ventana.
-       ¡Oh Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo? Niega a tu padre y rehúsa tu
Nombre; o, si no quieres, júrame tan sólo que me amas, y dejaré yo de ser una Capuleto. – grité desde mi ventana.
Le vi sonreír en la oscuridad de la noche y continué.
-       ¡Romeo, rechaza tu nombre; y a cambio de ese nombre, que no forma parte de ti, tómame a mí toda entera!
-       Te tomo la palabra. Llámame sólo "amor mío" y seré nuevamente bautizado. ¡Desde ahora mismo dejaré de ser Romeo! – siguió el recitando los versos de esa preciosa obra de Shakespeare.
-       ¿Te la sabes? – pregunté sorprendida.
-       Enterita preciosa, soy todo un romántico. – dijo divertido.
-       Continuemos pues bello Romeo.
-       Adelante preciosa Julieta.
-       ¿Quién eres tú, que así, envuelto en la noche, sorprendes de tal modo mis secretos?
-       ¡No sé cómo expresarte con un nombre quien soy! Mi nombre, santa adorada, me es odioso, por ser para ti un enemigo. De tenerla escrita, rasgaría esa palabra.
-       Todavía no he escuchado cien palabras de esa lengua, y conozco ya el acento. ¿No eres tú Romeo y Montesco?
-       Ni uno ni otro, hermosa doncella, si los dos te desagradan.
-       Creo que ahora es cuando trepas por el balcón.
-       ¿Quieres que llegue vivo a Londres? – asentí – Pues entonces baja y déjate de tanta película anda.
Cerré la ventana y cogí unas mantas porque suponía que nos quedaríamos en el jardín un rato.
Cuando salí al jardín le vi en la parte más alejada de la casa, rodeado por velas y sentado sobre el césped con la guitarra en las manos. Me acerqué y me senté a su lado al mismo momento que el empezaba a rasgar las cuerdas de la guitarra.

En cuanto terminó de cantar me lancé a sus labios para devorarlos, consiguiendo tumbarle sobre la hierba.
Llevábamos mucho tiempo separados y teníamos que recuperar todo el tiempo, juntos. Tanto tiempo sin tocarnos, sin sentirnos cerca, sin besarnos, hizo que desatásemos los dos toda nuestra pasión dejándonos llevar al máximo.
No me importaba, porque estaba segura de lo que estaba haciendo. Le quería, me quería y lo demás me importaba todo una mierda, solo sabía que estaba segura de aquello, quería que el fuese el primero.
Yo estaba tumbada sobre él así que el tiempo que nos separamos para coger aire, lo aproveché para sacarle la camiseta.
-       ¿Estás segura de esto? - me preguntó con la respiración entrecortada clavando las dos esmeraldas que tenía por ojos en los míos.
-       Segurísima.
Volví a besarle, y en cuestión de segundos los dos nos encontrábamos en ropa interior. Esta vez era yo quien estaba debajo así que se separo de mis labios y empezó a dejar un reguero de besos desde mi clavícula hasta mi cintura para después mirar las cicatrices de mis piernas y besarlas con cuidado y con mimo.
-       Vamos a superar esto juntos ¿vale? – dijo volviendo a mi boca.
-       Siempre.
Toda nuestra ropa había desaparecido, quedando expuestos el uno al otro completamente, quedando expuestos nuestros defectos y nuestras virtudes.
-       Te amo – dijo antes de hacerme suya por primera vez.

-       Te amo – repetí antes de entregarme completamente al chico con el que quería pasar el resto de mi existencia.
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Y aquí esta la tan esperada reconciliación entre Harry y Mery. No se a vosotras pero a mi se me han saltado un par de lágrimas escribiendola. Deciros que he subido tan pronto porque a parte de ser un capítulo corto, la semana que viene probablemnte no pueda subir y las siguientes lo veo dificil, empiezan los exámenes finales.
Creo que no voy a poneros mas retos de momento porque pasais de ellos asi que...
Tambien e subido para celebrar que hemos batido el recod de visitas en Youtube, el video es un puñetera pasada. Os lo dejo para las que no lo hayais visto.
KISSES

sábado, 2 de noviembre de 2013

Capítulo 20

Cortocircuitarse.
*NARRA MERY*
Sequé mis lágrimas todo la rápido que pude, no quería que me viese llorar.
-       ¿Que haces aquí?
-       Te dije que mientras quedase un rayito de esperanza, iba a seguir luchando por ello, y no me rindo tan fácilmente.
Se acercó y le dejé. Puso una mano en mi mejilla y le dejé. Limpió el resto de mis lagrimas y le deje, pero mi cerebro volvió a funcionar, y le alejé.
-       ¿No has pensado que si me he ido es porque no quiero verte?
-       Entonces, ¿Porque llorabas?
-       Tu no sabes nada – volví a llorar.
-       Se que te quiero y que…
-       ¿¡Que me quieres?! – grité - ¿Como puedes decir que me quieres después de lo que me hiciste? Si me quisieses una mínima parte de lo que dices que me quieres, no te habrías liado con aquella…
-       Calla y escúchame – me interrumpió – Zayn y Daniela llevan siguiendo a esa chica después de que Irene se encontrase con ella en el supermercado y cambiase los helados para hacerte daño
-       ¿Como sabes…?
-       Lo se todo.
-       Bueno, ¿y que tiene que ver eso?
-       Un día mientras la seguían se le cayeron unas pastillas del bolso, Escopolamina. Las utilizó para drogarme en la discoteca y asegurándose de que nos pillases.
-       No tiene sentido, ¿Para que?
-       No lo se. Hoy me he encontrado con ella…
-       ¿Y habeis terminado lo que interrumpí la última vez? – dije comenzando a caminar de vuelta a casa mientras los ojos se me anegaban en lagrimas.
-       No, le he dejado las cosas claras y ella ha admitido que me drogó. No me preguntes con que fin, solo se que se llama Claire.
-       ¿Por que tendría que creerte?
-       Porque ya no se como demostrarte que te quiero. Habla con Zayn y con Daniela si quieres pero te estoy diciendo la verdad. Creí que me conocías.
-       ¿Sabes que Harry?, yo también pensaba que te conocía, pero me he dado cuenta que en dos meses, por muy especiales que hayan sido, no puedes llegar a conocer a una persona.  No se quien eres, de donde vienes, tu familia, tus gustos… no te conozco. No se si para ti soy solo un rollo o un juego, o si me quieres de verdad, y yo ya paso de seguir pasándolo mal.
-       Mery...
-       Harry – me gire y le miré a los ojos – márchate. Seguro que encuentras a alguien que te de mas de lo que yo puedo darte. Olvídame ¿vale? No voy a volver y esto no merece la pena.
Me acerqué a el y besé sus labios por ultima vez. Fue en beso dulce pero con sabor a despedida.
Después me di la vuelta y empecé a caminar hasta mi casa.
-       No me rindo – gritó.
No me di la vuelta. Cerré los ojos para contener las lagrimas que ya amenazaban con salir de mis ojos y seguí caminando calle abajo. No me giré en ningún momento, pero segundos mas tarde Harry ya no estaba allí.
Llegué a casa y cerré la puerta. Me apoyé en ella y me escurrí hasta el suelo, sin fuerzas, dejando todas mis lagrimas caer. Le había alejado de mi lado, pero por mucho que me doliese, era lo mejor, el se olvidaría de mi y seguiría con su vida, y así uno de los dos, podría ser feliz.
***
La tarde pasó igual que había pasado el día, entre sollozos, recuerdos y llanto… ¿A quien quería engañar?, no iba a poder olvidarle así como así, como si no hubiese pasado nunca nada.
Aun recordaba sus brazos rodeando mi espalda el día que nos conocimos. La primera vez que le vi le había considerado mi héroe por evitar que hiciese el ridículo mas espantoso en mitad de Oxford Street. No se me olvidaba cuando clavé mis ojos en los suyos por primera vez y sentí que caía en un abismo del que ya no iba a poder salir. Recuerdo como subí al London Eye solo por él, aguantando mi miedo irracional a las montañas rusas y todo lo que se le pareciese.
Recuerdo como me sacó del pozo en el que se había convertido mi vida, para llenarla de color y de sonrisas, pero también recuerdo como volvió a meterme bajo tierra con aquel beso que vi una desafortunada noche, por error.
Quería creerme lo de la droga, incluso pensaba que podía llegar a ser verdad, pero, ¿A quien quiero engañar? Su historia tiene demasiados agujeros como para no colarse por ellos. ¿Que ganaba aquella chica haciéndome daño?
Una parte de mi, quería creerle, olvidarme de todo, y volver a estar con él, como antes, pero mi parte realista decía que era mejor no seguir sufriendo y el solo me haría mas daño, tarde o temprano.
Por otra parte, la porción de mi cerebro que me machacaba psicológicamente, me decía que yo tenía la culpa de lo que había pasado, que él era demasiado para mi y que me lo merecía… y yo ya no sabía que creer,
Me pasé toda la tarde mirando el móvil, comprobando si había algún mensaje que me contase que no se había marchado, que no se había rendido, porque necesitaba leer eso, pero las horas pasaban y mi móvil seguía en silencio.
Sobre las 7 de la tarde mi móvil pitó, indicándome que acababa de recibir un mensaje de texto, pero no era de quien yo creía.
DE: NÚMERO DESCONOCIDO.
“NE ME HAGAS PREGUNTAS, PUES PROBABLEMENTE NO RECIBAS UNA RESPUESTA. NO PREGUNTES QUIEN SOY, POR QUE NO TE LO DIRÉ. ENTIENDO QUE SEA COMPLICADO CONFIAR EN UN EXTRAÑO QUE NO SABES QUIEN ES Y TE MANDA MENSAJES DE ESTE CALIBRE PERO NO PIERDES NADA POR LEERLO..
HACE UN AÑO YO, LA CAGUÉ DE LA PEOR FORMA POSIBLE, Y PERDÍ A LA PERSONA QUE EN ESE MOMENTO SIGNIFICA TODO PARA MI, PERO CREÍA QUE NO ME IMPORTÓ.
HE TARDADO UN DARME CUENTA DE QUE NO PUEDO VIVIR SIN ESA PERSONA Y CUANDO LA HE BUSCADO PARA RECUPERARLA, YA NO ME NECESITABA PORQUE HA SABIDO AFRONTAR EL GOLPE Y SUPERARLO. PARA MI NO ES TAN FÁCIL.HE TARDADO UN AÑO EN DARME CUENTA DE MI ERROR Y LA HE PERDIDO, ASÍ QUE ESCUCHAME Y NO REPITAS MIS ERRORES.
HARRY NO TE ESTÁ MINTIENDO. TIENE RAZÓN SOBRE CLAIRE Y SÉ QUE NO LE ENCUENTRAS NINGÚN SENTIDO PERO NO TODO ES LO QUE PARECE. ÉCHALE UN VISTAZO A TU MEMORIA O A TUS RECUERDOS DE TU INFANCIA EN EL COLEGIO, PROBABLEMENTE ELLOS TE DEN LA RESPUESTA, Y RECUERDA, TODOS PODEMOS CAMBIAR DE NOMBRE, O DE APARIENCIA, AUNQUE MANTENGAMOS ALGO QUE NOS RECUERDE A QUIEN HEMOS SIDO, Y COMETER LOCURAS SI NOS CIEGA LA IRA, EL ODIO Y LA VENGANZA.
ESCUCHA A ESE CHICO, Y NO DEJES QUE SE TE ESCAPE. NO COMETAS EL MISMO ERROR QUE YO.
UN AMIGO”
Tuve que leer el mensaje mas de una y de dos veces para que mi cerebro lo procesase. Cuando mi cabeza empezó a funcionar empezaron a saltar preguntas a mi mente. ¿Quien era el autor de los mensajes?¿Que sabía?¿Por que me ayudaba?¿De que conocía a Claire?¿Por qué sabía todo aquello?
Mi primera reacción fue no tenerlo en cuenta pero luego me di cuenta de que no perdía nada por intentarlo. Revisé mi memoria y rememoré mis últimos años en el instituto, antes de marcharme. El último curso había terminado a principios de verano pero tan solo había pasado dos años allí y prácticamente no había tenido relación con mis compañeros.
Antes de esos dos años había ido al colegio Villalkor pero era como si se hubiese creado un muro, y esos recuerdos estuviesen al otro lado de la pared. No podía recordar nada, ni mis profesores, ni mis compañeros, mi clase o el patio… Si me concentraba mucho, era capaz de recordar cosas muy distantes, como a Irene con sus pecas y su habitual despiste, el pelo rizado de la que habría sido una compañera de clase y no recordaba ni su nombre ni su rostro.
Me acordaba de un chico muy alto con el pelo moreno y la cara llena de granos, de un chico con un paleto torcido, de uno con cara de duende, de mi vecino Diego, de una chica con el pelo rubio…
Me detuve en ese pensamiento. Me acordaba de una chica con el pelo rubio pero era como si su cara estuviese oscurecida. Recordaba haber visto esa cabellera en algún otro lado, y entonces recordé a Claire. Estaba segura de que la chica de mis recuerdos y Claire tenían algo que ver, pero todavía no tenía todas las piezas del puzle.
Busqué entre mis libros, una foto de grupo de algún año en el que hubiésemos compartido clase y la encontré. Era una foto del curso de 2010-2011 y se nos veía sonrientes posando para la foto.
Pasé mi dedo sobre las caritas retratadas en el trozo de papel. Detuve mi búsqueda en la tercera fila, pues una chica con el pelo largo y rubio despuntaba entre las demás. Me acordé de ella al instante.
Era Clara. Había sido mi mejor amiga desde 5º de primaria pero, tras cambiarme de instituto habíamos perdido el contacto. Mi cabeza empezó a funcionar a la velocidad a la que pasan las letras y los números de los programas informáticos en la películas, encajando todas las piezas como un engranaje.
Claire era alguien que me conocía. Una chica rubia con los ojos oscuros, un cuerpo de infarto, muy lista, manipuladora, mala persona y que quería hacerme daño.
Clara había sido mi mejor amiga durante varios años. Era rubia, me conocía, era lista y espabilada, pero todavía faltaban piezas. Clara tenía los ojos azules no negros, y no era británica, sino española. TODOS PODEMOS CAMBIAR DE NOMBRE, O DE APARIENCIA, AUNQUE MANTENGAMOS ALGO QUE NOS RECUERDE A QUIEN HEMOS SIDO”
Clara podía haber cambiado de nombre, de ciudad, haber crecido y haber adelgazado, incluso haber teñido sus ojos con unas lentillas oscuras para evitar que la reconociese, pero su cabello rubio, siempre había sido su marca de identidad, y no iba a cambiarla para recordar quien había sido en algún momento.
Que Clara y Claire fuesen la misma persona explicaba porque Irene dijo que la chica le sonaba y porque sabía que yo le tenía alergia a las avellanas, pero seguía sin explicar por que quería hacerme tanto daño. La palabra “Venganza” apareció en mi cabeza, pero no recordaba nada que yo la hubiese echo para llegar al punto de que ella quisiese hacerme tanto daño.
Harry tenía razón y el no me había engañado. Le había perdido como una tonta y el no tenía culpa de nada. Tenía que buscarle, pedirle perdón…
Mi corazón había empezado a acelerarse igual que mi cerebro, impidiéndome respirar con normalidad. De repente recordé que hacía dos días que no comía nada y que no había bebido apenas un vaso de agua, pero tenía cosas mas importantes de la que preocuparme.
Tenía que encontrar a Harry per no sabía donde buscar, tenía que recuperarle antes de que fuese demasiado tarde. De repente sufrí como un corto circuito, y mi cabeza dejó de funcionar, haciendo que perdiese el conocimiento.
***
Desperté de repente, pero no era capaz de abrir los ojos, como si tuviese los párpados pegados con cinta aislante. Me dolía mucho la cabeza y sentía un dolor punzante en mi brazo derecho. Solo escuchaba un pitido intermitente .
Abrí los ojos despacio esperando encontrarme en el salón de mi casa, tendida en el suelo, pero lo primero que ví cuando conseguí abrir los ojos fue un techo blanco impoluto.
Estaba tumbada en una cama que no era la mía. Miré hacía la derecha. Una puerta y un armario. La visión del lado izquierdo era bastante mas diferente. Había una percha de sueros conectada a mi brazo y un poco más allá había unos sillones marrones.
No todos estaban vacios. El que mas cerca estaba de mi cama estaba ocupado por un chico con el cabello castaño desperdigado por la cara y los brazos musculosos cruzados sobre el pecho, le reconocí al instante.
No sabía que estaba haciendo en un hospital, porque estaba claro que era donde me encontraba, así que me removí nerviosa sobre la cama, cosa que la hizo chirriar despertando a Harry.
-       Siento haberte despertado – dije con la boca estropajosa.
-       María – se sobresaltó.
-       ¿Que hago en el hospital?
-       Estuve llamándote despues de que te fueses. Te dije que no iba a rendirme. No contestaste y me empecé a preocupar. Llamé a tu hermano a Londres y el llamó a Alejandra. Cuando llegó ni siquiera me preguntó quien era simplemente abrió la puerta y te encontramos allí, tendida en el suelo. – unas lagrimas empezaron a escurrir por sus mejillas -  Cuando llegamos nos dijeron que llevabas casi tres días sin comer ni beber nada y que habías perdido sangre, por lo que te desmayaste.
Me miró, como pidiéndome una explicación. Tenía los ojos rojos y llorosos. Comprendí que sabía lo de los cortes y me sentí culpable.
-       ¿Por que? María creí que te había perdido.
Secó sus lagrimas con la camiseta y siguió hablando como si no estuviese allí.
-       ¿Explicame por que cojones has hecho eso? Tienes gente que te quiere, que se preocupa por ti, ¿tanto daño te he echo?¿tanto te he jodido la vida?
Sus palabras me dolían mas que a nadie pues se sentía culpable por cosas en la que realmente el no tenía nada que ver.
-       No sabes lo que sentí cuando te vi allí en el suelo, me temí lo peor. ¿No entiendes que no puedo vivir si no estás? Entiendo que no quieras estar conmigo, pero necesito saber que estás viva. No quiero imaginarme que hubiese pasado si no te hubiese seguido hasta Madrid, si no hubiese seguido…
-       No te pedí que me siguieses – dije fría.
Sus ojos se volvieron a llenar de agua, impidiéndome ver el precioso color verde que aparecía en mis mejores sueños y en mis peores pesadillas. Bajó la cabeza apartando la mirada.
-       Lo siento – dijo levantándose del sillón – te prometo que no me voy a meter mas en tu vida, siempre que te mantengas con vida.
Acto seguido y sin darme tiempo a reaccionar atravesó la habitación y salió por la puerta dejándome sola. Me levanté como pude y me arranque los cables de suero para acto seguido salir de la habitación y correr descalza por los fríos pasillos del hospital gritando su nombre.
Le encontré al final de un pasillo, cerca de las escaleras.
-       ¡Harry! – grité.
El se dio la vuelta, sorprendido de escuchar mi voz. Me paré y le miré mientras recuperaba el aliento por la carrera.
-       He dicho que no te pedí que me siguieses… - bajó la cabeza – pero no he dicho que no quisiese que me siguieras.

Harry levanto la cabeza y clavó su mirada en la mía. El verde intenso de sus ojos había vuelto, y esa fue la última imagen que vi antes de volver a caer desmayada.
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Y hasta aquí el final de este capitulo, parece que las cosas no mejoran, ya veremos que va pasando. Varias cositas, ¿quien creeis que es esa persona misteriosa que le manda los mensajes a Harry y a Mery sobre Claire? Ahora que sabéis quien es Claire, ¿porque creéis que le quiere hacer daño a Mery?
Sobre la foto de grupo, es realmente una foto de grupo de mi clase, en ella salen las personas en las que están inspirados algunos de los personajes de la novela, como Clara/Claire (es una chica de mi clase a la que no aguanto y me llevo fatal con ella, por eso la he puesto de mala) O mery, Ire y yo.
Os dejo la foto señalada para que sepais quienes somos.
Se que se ve muy mal pero hice la foto con la camara del ordenador así que haceros una idea. Es de hace un par de cursos así que no vale juzgarme, estoy mucho mejor ahora.
Para esta vez el "reto" es hacer un shippeo de las parejas de la novela. Por cierto acabo de ver el video de Story of my life por que me lo ha pasado una chica que se lo ha encontrado filtrado y lo he visto, no he podido resistirme pero es que en parte no sabía que era y me he puesto a llorar como una tonta.
Buen finde.
KISSES