Espinas
*NARRA LIAM*
Todos habíamos terminado de pintar ya, o
casi porque estábamos todos en la habitación de Nicki llenos de pintura en
polvo por todos sitios.
El idiota de Zayn no se había enterado
de lo que compraba y compró pintura azul en polvo que primero había que diluir
en agua y después esperar casi una hora a que se pusiese densa, porque si no,
no había forma de pintar.
En parte agradecí que se equivocase por
todo el rato que la pintura estaba espesando, Nicki y yo estuvimos hablando y riendo
como si nunca hubiese pasado nada.
Aun así las cosas se tensaban cada vez
que alguno de los dos pronunciaba la palabra amigos. No quería ser su amigo
pero parecía que de momento esto había empezado a funcionar.
Mientras la pintura espesaba nos
sentamos en el suelo. Yo manché uno de mis dedos de pintura, el dedo pulgar, y
lo pasé suavemente por su pómulo, acariciándola y a la vez pringándola de
pintura.
Ella levantó la mirada y me sonrió
manchando ella mi mejilla con su mano muy dulcemente.
Realmente nuestro propósito, o por lo
menos el mío, no era mancharla, si no acariciarla con todo el amor que ahora
mismo correteaba por mis venas y no era capaz de expresar por miedo.
Sin darnos cuenta nuestros cuerpos se
fueron juntando pero antes de que pasase nada apareció Patri por la puerta para
ayudarnos a pintar.
Poco a poco los demás también fueron acabando sus
respectivas habitaciones y vinieron a ayudar. Era muy divertido pintar entre
todos pero era muchísimo más divertido cuando entraba alguien nuevo por la
puerta porque siempre le recibíamos de la misma forma, incluso a mi me
recibieron así.
Acabamos todos llenos de pintura y
pintando de azul las paredes de la habitación de Nicki.
Cuando terminamos todos nos fuimos a la
piscina menos Patri que le quería dar una sorpresa a Nicki.
A la hora o así bajó con la cara
manchada de chorretones de pintura negra y un pincel en la mano.
Subimos Nicki y yo con ella, porque
éramos los únicos que no estábamos haciendo el bobo en la piscina pero
habitación estaba prácticamente igual, a excepción de que había metido ya todos
los muebles.
-
Está todo igual – dijo Nicki.
-
Túmbate en la cama – dijo Patri con una sonrisa
– liam tú también.
Enrojecí al momento pero aún así me
tumbé con Nicki en la cama y mire al techo. Había un hada y una frase donde
ponía “Que nadie te quite las ganas de soñar”
-
Muchas gracias – dijo Nicki con los ojos llenos
de lágrimas.
-
No me las des porque no has visto lo mejor –
dijo Patri cerrando la puerta.
Detrás de la puerta había unas sombras
en negro. Eran las siluetas de un chico y una chica, de pie, besándose en una
playa por la noche.
Esta vez también había una frase escrita
al lado del dibujo:
“Every princess needs a prince. Every love story starts with a kiss”
Ella corrió a abrazar a Patri y yo me
quedé paralizado pensando como me gustaría ser su príncipe, pero tendré que
conformarme siempre con ser el consejero y mejor amigo de la princesa, nunca
tendré el nivel suficiente para merecerme su corazón.
Me iba a bajar por las escaleras cuando
alguien me agarró del brazo, me di la vuelta y allí estaba Patri:
-
Liam, si ella no empieza su historia,
empiézasela tú – y se marchó sin decir nada más.
Me dejó confuso, ¿quería decir que la
besase? Nunca me había considerado un chico tonto pero ahora mismo me sentía
imbécil perdido.
*NARRA IRENE*
Todos acabamos por fin las habitaciones.
Habían quedado muy chulas, cada una con su estilo.
La mía era fucsia y habíamos pintado un
grafiti negro en el que ponía “Forever Young” Cuando todos acabamos de pintar colocamos
los muebles y nos fuimos a duchar ya que estábamos pringadísimos de pintura.
Niall se vino a mi habitación y se duchó
en mi baño mientras yo ayudaba a los que no se estaban duchando a hacer la
cena.
Hicimos costillas barbacoa y patatas con
queso. Liam pelaba las patatas, mientras Zayn ponía las cosillas en una bandeja
y yo les echaba la salsa barbacoa. Patri y Harry se pusieron a preparar
brownies mientras tanto.
Cuando metimos las costillas al horno me
subí para ver si Niall había terminado y meterme yo a la ducha.
Abrí la puerta de la habitación y me le
encontré mirando las fotos que tenía encima de una de las mesillas y había
colocado allí como una hora atrás. Solo le cubría una toalla que él se sujetaba
a la cintura.
Me acerqué por detrás y, abrazándole por
la espalda, puse mi barbilla sobre su hombro.
-
¿Este era Alex? – preguntó señalando una foto en
la que salíamos jugando con la nieve hace dos inviernos.
-
Si – dije con una sonrisa triste sobre mis
labios.
-
Le echas de menos ¿verdad? – preguntó.
-
Si pero sé que tengo que sonreír por el – dije
mientras él se daba la vuelta.
-
Te prometo que dentro de poco cogemos un avión y
estamos en España, para que puedas despedirte ¿vale?- solo asentí.
-
No tienes que hacer todo esto por mi – dije
mirándole a los ojos.
-
Lo hago porque quiero, porque te quiero – dijo
besándome.
-
Vístete anda – dije al separarme – estas
demasiado sexy así.
-
Voy – dije besando mi frente.
-
Nos vemos luego – dije entrando al baño con ropa
interior limpia y el pijama.
Estaba confusa porque
aunque echaba de menos a Alex y no estaba segura de si le seguía amando o no
estaba empezando a sentir cosas muy fuertes y que me asustaban con Niall pero
era feliz a su lado.
Solo quería pasar
tiempo con él porque me hacía sentir especial pero también quería vivir la vida
como nunca antes, pero siempre cerca suya.
*NARRA PATRI*
Todos nos duchamos y bajamos
a cenar. La cena estaba muy rica y como estábamos un poco cansados por toda la
mudanza y la pintura y eso decidimos ver una peli todos relajados en los sofás,
que eran enormes.
Decidimos ver la película de
“Cartas a Julietta” por petición femenina y de Harry que también la quería ver.
Comimos helado mientras veíamos la película pero como a la mitad o así me
empecé a aburrir porque la había visto millones de veces y, aunque era una
película que me encantaba me la sabía de memoria.
La estampa en el salón era de
risa. Habíamos llegado a una parte un poco más dramática y Harry, Niall, Mery e
Irene estaban llorando como magdalenas.
Zayn tenía recostada sobre su
pecho a Daniela y la agarraba de la cintura pero los dos estaban completamente
dormidos. Nicki y liam habían salido hacía ya un rato al jardín y no habían
vuelto aún.
Yo estaba apoyada sobre las
piernas de Louis mientras él me acariciaba el pelo.
- Lou – dije levantándome.
- Dime – dijo con una de sus cálidas sonrisas.
- No os hemos
enseñado la mejor parte de la casa – dije cogiéndole de la mano.
- Espero que valga la pena, me voy a perder la mejor
parte de la peli – dijo bromeando.
- Anda no me seas cuentista, si no la estás viendo. –
dije riendo.
- Shhh – dijo Harry.
- Perdón, perdón. – dijo Louis – Que niño más sensible.
- Anda ven – dije sin parar de reír y arrastrándolo
Subimos las escaleras hasta
el segundo piso y después hasta la buhardilla.
- Es preciosa – dijo Lou al ver la sala de relax con los
pufs – se parece a las cabañas de la playa.
- Si – dije sonriendo mientras recordaba todo lo que
habíamos vivido en aquella playa. – Lou.
- Dime – dijo mirándome a los ojos mientras seguía
sujetando mi mano.
- Me dijiste que sabías tocar el piano, ¿verdad? – dije
con una sonrisa dulce.
- Sí, pero no entiendo a que viene eso… - dijo viéndose
interrumpido por uno de mis dedos sobre sus perfectos y dulces labios.
- ¿Tocarías para mí? – dije abriendo la prácticamente
invisible puerta que daba a la sala que tenía el piano.
- Por supuesto – dijo entrando en la sala con mi mano
presa entre la suya.
Se sentó en la banca del
piano y acarició la tapa con muchísima delicadeza para después levantarla y
mostrar todas las teclas del piano.
Las acarició lentamente y
comenzó a hacer sonar las teclas mientras yo cantaba la canción que sus dedos
estaban haciendo sonar.
“Cry” de Rihanna inundaba la
habitación con su triste letra y su dulce melodía mientras que dos adolescentes
enamorados compartíamos banco sentados enfrente de un piano que expresaba todos
y cada uno de los sentimientos que una vez sentí y que gracias a Lou, conseguí
olvidar.
Esta canción era como cerrar
una nueva puerta y supongo que Lou la había elegido para que me diese cuenta de
que por mucho daño que te hiciesen había que superarlo y no dejar que nunca me
viesen llorar.
Era como quitarme una espina,
quizá la última espina que tenía clavadas en el corazón y que Louis poco a poco
iba sacando. Al principio sangraban pero él sabía hacer que sanasen.
Poco a poco el me estaba
sacando del pozo en el que Jorge me había método meses atrás pero esa cuerda
con la que Louis me estaba sacando se iba a romper de repente por culpa de una
visita inesperada.
*NARRA NICKI*
Liam y yo nos aburrimos así
que decidimos salir un rato al jardín para tomar el aire. Al principio
estábamos un poco incómodos porque no sabíamos de que hablar pero poco a poco
surgió el tema de conversación y no hacíamos más que reír.
Acabamos tumbados en el suelo
buscándoles forma a las estrellas. El cogió mi mano y trazó una línea desde el
principio de mis dedos hasta mi cuello para después recorrer el otro brazo con
una suave caricia.
Yo repasé las flechas del
tatuaje que tenía en el brazo. No sabía lo que significaban, algún día se lo
preguntaría.
Miró mis ojos y noté como lo
suyos brillaban por culpa de la luna que se reflejaba en ellos.
- Liam – dije sin apartar la mirada de sus ojos
castaños.
- Dime – dijo poniendo delicadamente un mechón de mi
pelo rubio tras mi oído.
- Prométeme que no me vas dejar sola nunca, prométeme
que siempre voy a ser parte de tu vida, de una manera o de otra. Prométeme que
pase lo que pase siempre voy a ser una parte de ti – dije mirando sus preciosos
ojos castaños.
- Te prometo que no te voy a dejar sola nunca – dijo
sonriendo con esa sonrisa que me mataba.
- Pues empecemos por esta noche. Duerme conmigo – dije
cogiéndole de la mano y llevándole a mi habitación.
Subimos las escaleras como si
se fuese a acabar el mundo y riendo como si hoy fuese el último día de nuestras
vidas.
Llegamos arriba entramos a mi
habitación que había quedado preciosa.
- Y ¿yo donde duermo? – preguntó Liam cortado.
- Conmigo – dije como si fuese la cosa más natural del
mundo.
La verdad es que la cama era
muy grande y que había hueco de sobra para los dos pero la completa y total
realidad de dormir a su lado no era otra que querer sentirle cerca de mí toda
la noche.
Lo cierto es que el no dijo
nada, incluso me atrevería a decir que sonrió un poco pero seguramente sería un
producto de mi imaginación.
Se metió en la cama mientras
yo iba al baño y cuando salí parecía estar dormido aunque realmente no lo
estaba. Me metí en la cama y apoyé mi cabeza sobre su pecho mientras él me
rodeaba con sus brazos.
- Liam, ya me abandonaron una vez y me sentí completamente
sola, no soportaría que me abandonases tu, eres demasiado importante para mí.
- Tranquila, no voy a abandonarte – dijo susurrando en
mi oído.
Acto seguido me dormí, aunque
entre sueños me pareció escuchar una frase que hizo que mi corazón latiese a
dos mil por hora haciendo que liam me abrazase más fuerte y esa fuese una de
las noches más bonitas de toda mi vida.
No sabía si realmente liam
había dicho aquello, ya que estaba prácticamente dormida y podía haber sido
parte de un sueño precios que esperaba con todas mis fuerzas que se hiciese
realidad, pues, el destino quiso que Liam, creyéndome dormida, dijese:
- No voy a abandonarte porque te quiero demasiado,
aunque nunca te des cuenta.
*NARRA DANIELA*
Un fuerte golpe me despertó y
acto seguido escuché a Zayn gemir de dolor muy cerca de donde yo me encontraba.
Estaba tumbada en el sillón del salón y no me acordaba que hacía allí.
Me asome al borde del sillón
y me encontré a Zayn en el suelo todo tirado.
- ¿Que pasa? ¿Por que gritas? ¿Que ha sido ese ruido? –
pregunté agitada por el repentino despertar.
- Me he caído del sillón – dijo dolorido.
- Idiota – murmuré tirando al sillón lanzando un
suspiro.
- Te he oído – dijo levantándose y tumbándose encima de
mí, aplastándome.
- Quita gordo que me aplastas – dije intentando
quitármele de encima.
- ¿Como que gordo? – dijo haciéndose el ofendido.
- Déjame dormir – grité desesperada.
- Eres un perezosa – dijo dándome un beso de buenos días
en la mejilla y yendo hasta la cocina.
- No lo sabes tú bien – dije mirando su perfecto culo
dirigirse hasta la cocina.
“Qué bueno está este niño por
dios” me dije para mis adentros. L verdad es que el muchacho estaba muy bueno y
encima era adorable por mucha pinta de niñato malote que intentase tener.
Si me ya me parecía adorable
de por sí, me lo pareció muchísimo más cuando vino a buscarme para ir a
desayunar.
Había preparado el desayuno él
solito y sin quemar nada y encima lo había puesto en la hamaca del jardín para
desayunar allí los dos juntos.
En cuanto salí al jardín para
desayunar con Zayn el aire frio de Londres por la mañana me caló los huesos ya
que mi pijama consistía en una camiseta de tirantes y unos pantalones no
demasiado largos.
En cuanto me di la vuelta
muerta de frio me topé con su pecho que sujetaba una cazadora de cuero negra
muy su estilo.
Me la puse y era incluso más
larga que mi pantalón, lo que le hizo reír. Había preparado un “Especial buenos
días princesa” típico de Zayn según me dijo. Consistía en un chocolate caliente
con nata rociada con caramelo líquido y una nubecita y algún bollo que no me
comí, con el chocolate iba de sobra.
- Así “Especial buenos días princesa” – dije mientras me
sentaba a su lado en la hamaca y nos mecíamos suavemente.
- Si, típical Malik – dijo con una sonrisa.
- Así que se lo preparas a todas las chicas con las que
te acuestas, a la mañana siguiente – dije para picarle.
- Por supuesto – dijo dándose aires.
Nos miramos y aguantamos una
carcajada que no pudimos retener por mucho tiempo.
- La verdad es que eres a la primera chica que no sean
mis hermanas a la que se lo he preparado – dijo dándole un sorbo al suyo.
- Entonces, ¿eres virgen? – pregunté haciendo que se
atragantara.
- ¿Qué? – preguntó cuando dejó de toser.
- ¿Qué si eres virgen? – repetí – como se has dicho que
no se lo has preparado a nadie.
- No soy virgen pero es que eres la primera princesa que
me encuentro. Además, no se lo hago a las chicas con las que me acuesto porque
contigo no me he acostado y te lo he preparado – dijo riendo.
- No será por ganas, porque se nota que estas deseando
echar un polvo conmigo, soy irresistible, lo sé – dije de broma dándome aires.
- Será eso – dijo riendo el también.
- No ahora enserio – dije dándole otro sorbo al
chocolate que estaba riquísimo, el mejor que había probado nunca, y también el más
especial por la persona que lo había preparado – si no le preparas el chocolate
a las chicas con las que te acuestas, ¿A quienes se lo preparas?
- Para las chicas de las que estoy enamorado – dijo sin
pensar.
Me
quedé callada porque no sabía que decir. Supongo que había sido un impulso pero
necesitaba saber si estaba enamorado de mí y besarle en ese preciso instante.
- Entonces, que me hagas el chocolate significa que… -
empecé a decir.
- Chicos estáis aquí – dijo Niall apareciendo por la
puerta.
- Si – dijo Zayn.
- ¿Qué pasa? – pregunté con mi mejor sonrisa.
- No nada que no sabíamos donde estabais. Ya hemos
desayunado todos los demás se están vistiendo, deberíais hacer lo mismo.
- Vale, ya vamos – dijo Zayn salvado por los pelos.
*NARRA IRENE*
Terminamos de desayunar y
mientras unos se duchaban y se vestían, otros hacíamos el vago esperando a que
los demás dejasen una ducha libre.
La espera tampoco estaba tan
mal, Niall y yo estábamos sentados en el sofá, abrazados viendo la serie “¿Como
conocí a vuestra madre?” de la cual hacía muchísimos años que yo era fan.
Anoche Niall y yo dormimos
juntos mientras me cantaba al oído y me daba algún beso que otro. No estaba muy
definido que éramos porque para ser novios uno de los dos tenía que dar el paso
y, los amigos no se besan, así que supongo que estábamos en un estado
intermedio. Realmente me daba exactamente igual lo que fuese siempre que
estuviésemos juntos porque por fin era feliz a pesar de todo.
Pero estaba claro que la
suerte nunca ha estado ni estará de mi parte. Siempre me he preguntado porque
tienen que acabar las cosas en el momento más bonito.
Estábamos súper a gusto
viendo la serie mientras Niall me acariciaba el brazo con suma delicadeza y
depositaba suaves besos sobre mi cuello cuando de repente sonó el timbre.
Nadie estaba por la labor de
ir a abrir la puerta así que me levante yo.
- Vaya panda de vagos tengo por amigos – dije mientras me
dirigía a la puerta.
Lo que nunca llegué a pensar
como el simple hecho de abrir esa puerta iba a cambiar mi vida y la de todos
los que me rodeaban en ese momento de una forma tan radical como lo hizo.
Abrí la puerta muy sonriente
pero la sonrisa se borró de mis labios al ver quien se escondía tras ella.
- Hola Irene, nos volvemos a ver – dijo aquella chica
con los ojos castaños, el pelo oscuro y esa tez tostada que caracterizaba a su
familia. Por mucho tiempo que pasase nunca sería capaz de olvidar esos ojos,
esa sonrisa triste y ese acento tan peculiar que compartía con su hermano.
- Gabriela …
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
No vale quejarse por la espera porque el capítulos es largo no, lo siguiente, además de largo es intenso. Se que os habeis quedado con las ganas de saber quien es Gabriela pero tendreías que esperar hasta el siguiente capítulo. Desde aquí os aviso que tarde muchisimo en subir porque no he tenido demasiada nota en mates y cuando mis padres se enteren me van a castigar de por vida pero ya veré yo como lo monto para que puedan seguir subiendo capítulos, si no yo alguna de mis colaboradoras obligadas. Espero que os haya gustado el capítulo, como siempre y que disfruteis desde estos bonitos momentos en pareja porque os aviso que a partir del siguiente capítulo se jode todo y hay un problema bastante grabe. No os digo nada mas y os dejo con la intriga.
KISSES