Un
cumpleaños para no olvidarlo. Parte 1.
*NARRA LIAM*
Me había saltado un poco las normas sombre los disfraces ya
que me había comprado uno, pero no podían decirme nada, era mi cumpleaños.
Había estado dudando entre el disfraz de Woody y el de Batman, pero supuse que
el de Batman era más correcto para un chico que cumplía 17, me hacía parecer más
varonil, según había dicho Patri. Ella me había acompañado a comprarlo y era la
única que sabía de qué iba disfrazado.
Niall y Zayn habían subido conmigo hacía unas 3 horas a
empezar a colocar cosas, y los dos me habían demostrado la poca imaginación a
la hora de disfrazarse, aunque el de Zayn estaba un poquito más currado.
El moreno se había vestido entero de negro y se había
pintado la cara de blanco, supuestamente, iba de fantasma/vampiro, mientras que
el rubito solo se había puesto una careta y llevaba un tridente que le había
dejado yo.
Mientras colocábamos las cosas ellos tenían puestos los
disfraces mientras que yo estaba con ropa normal, ya que mi traje era más
aparatoso. Colocamos las cosas y nos sobraba hora y media antes de que viniesen
los demás así que bajamos a mi casa y aprovechamos para hacernos fotos y jugar
a la play. Zayn nos hizo una a Niall y a mi bastante graciosa, en ella se plasmaba
la originalidad del leprechaun.
Hacía como dos minutos que había empezado a llegar la gente
a la azotea de nuestro edificio y la verdad es que todo iban bastante más
originales que ellos pero no más original que yo, aunque claro, yo había hecho
trampas.
Louis iba de Clark Kent, Harry de canguro boxeador, Mery de
caperucita roja, Daniela de militar e Irene, supuestamente iba de Campanilla,
ella, igual de original que su novio.
Me empezaron a besuquear por encima de la máscara de Batman
y felicitarme por mis recién estrenados 17. En ello estaban cuando la puerta de
la azotea se volvió a abrir y apareció corriendo como una loca un Alicia en el
país de las maravillas morena y con la falda más corta que la original. Patri
empezó a correr desde la otra punta de la azotea y saltó a mis brazos
abrazándome para felicitarme.
La verdad es que la morenita y yo siempre nos habíamos
llevado muy bien pero ahora estábamos más unidos que nunca. Se había vuelto una
persona muy especial para mí, pero no penséis mal, era como mi hermanita
pequeña, de otra forma, Louis me mataría.
Cuando me abrazo y se quedó a gusto después de besuquearme y
tirarme de las orejas o cuernos de la careta, se separó. En ese mismo instante
escuché como se cerraba la puerta de la azotea indicándome que alguien más
acababa de entrar y fue cuando la vi.
Llevaba la melena rubia alisada y suelta. Los ojos
delineados en negro resaltando su fondo azul verdoso y los labios rojos pasión,
haciendo que deseara besarla más que nunca. Vestía una falda negra con unas
botas altas, unos guantes, una capa y un corpiño negro con el símbolo de Batman
en amarillo.
Iba preciosa y
perfecta. Era tan bonita que no sabía si delante de mi había una chica
disfrazada de Batwoman o un ángel caído del cielo al que le han arrancado las
alas obligándole a quedarse en la tierra, impidiéndole volar.
Primero la vi quedarse quieta, desconcertada al vernos con
el mismo disfraz pero luego cogió aire y comenzó a caminar, avanzando con una
seguridad impresionante.
Cuando llegó a donde me encontraba me sonrió y me quitó la
máscara. Se aupó un poco sobre las puntas de sus pies y beso mi mejilla
bastante cerca de los labios, dejándome con ganas de mas.
- Felicidades
Batman – se separó mostrándome una preciosa sonrisa.
- Me
has copiado – dije de broma.
- No
sabía que fueses a vestirte de Batman se suponía que no se podía comprar el
disfraz, tramposo. Además, a mi me queda mejor.
- Eso
no te lo discuto, estas preciosa – sus mejillas se tornaron levemente mas
rojas.
Era cierto, estaba muy sexy pero es que estaba preciosa. Se
alejó un poco y empezó a hablar con los chicos. Noté que alguien hablaba pero
no tenía muy claro que me estaba diciendo, me había quedado embobado mirándola.
- Liam,
Liam, ¡Liam tío, vuelve!- alguien me atizó una colleja.
- ¿Que?
– dije perdido.
- ¿Que
te pasa? Te has ido colega – dijo Harry.
- Los
17 que le vuelven tonto. – se mofó Zayn.
- ¿Así
que es por eso por lo que eres tan poco espabilado? ¿Por que tú ya tienes los
17? – preguntó Dani metiéndose con Zayn.
- Que
graciosa eres – contestó el moreno con sarcasmo.
- Ya
lo sé, muchas gracias por el cumplido.
- Vaya
dos – dijo Patri negando con la cabeza.
- Que
nos vamos del tema – dijo Harry - ¿Quien falta?
- Solo
Adri, Tammy estaba en el baño de casa de Zayn. –contesté
- ¿Van
a estar los dos juntos? – preguntó Nicki.
- Sí,
pero no lo saben, esos dos lo tienen que arreglar – dije seguro.
*NARRA TAMMY*
Ya habían llegado todos hacía un ratito y habíamos empezado
a hablar y eso, pero me dolía mucho la cabeza, así que me excusé y me alejé un
poco.
No iba a negar que me alejaba no solo por mi dolor de
cabeza, si no por mas cosas. Entre ellas se encontraba el hecho de que Mery me
recordaba tanto a su hermano que me hacía daño y que me daba envidia ver a
todas las parejas juntas y pensar porque no podía vivir yo mi cuento de hadas.
Me senté en el poyete de la azotea, desde donde se veía
Londres iluminada por los últimos rayitos de sol. Empecé a toquetear inquieta
el bordecito de mi falda roja. Había decidido disfrazarme de Minnie Mouse.
Escuché como la puerta de la azotea se cerraba pero no me encontré
con fuerzas para girarme. Seguramente solo sería alguno de los chicos bajando a
por algo. Me mantuve donde estaba mirando los edificios que poco a poco se
sumían en la más profunda oscuridad, con las piernas cruzadas al borde del
vacío.
No sé cuánto tiempo pasé allí sentada porque me quedé como
flotando, sumida en un extraño sueño. Se había hecho completamente de noche
cuando noté que alguien se sentaba a mi lado, no miré quien era, seguía sumida
en ese pequeño vacio interno en el que nada me afectaba.
Una voz conocida me sacó de mi duermevela.
- ¿Ni
siquiera piensas mirarme? – esperaba a cualquier persona menos a él allí.
Giré la cabeza lentamente y me topé con sus ojos azules y su
pelo negro azabache adornado por una orejas negras de Mickey Mouse.
- ¿Vas
a volver a marcharte? – preguntó clavando sus ojos en los míos. Azul contra
azul, hielo contra hielo.
La voz había desaparecido y los labios se me habían pegado,
no era capaz de decir ni una sola palabra y sabía que él esperaba una
respuesta.
- He
hablado con Liam ¿sabes?, es buen chico – apartó sus ojos de los míos y miró
los edificios de Londres.
Le imité.
- Me
acuerdo de una escena parecida a esta, estábamos en Alaska y tenias examen al
día siguiente. Me acuerdo que te empezaste a agobiar y te llevé al edificio de
astronomía. Nos sentamos en la barandilla de mármol y nos pusimos a mirar a la
gente que pasaba por el campus. – recodé ese día y los ojos se me llenaron de
lagrimas, pero no las derramé.- No éramos nada pero ya me tenías loco. Al día
siguiente hiciste el examen y lo aprobaste con la mejor nota posible. Recuerdo
que habíamos quedado esa misma noche en vernos otra vez en el edificio de
astronomía.
Me acordaba perfectamente de aquella historia y sabía como
iba a terminar así que intenté reprimir las lágrimas, pero me fue imposible.
- Llegué
antes que tú, y te espere sentado en la barandilla. Cuando llegaste, me
abrazaste por la espalda y me diste un beso en la mejilla.
Bajé la mirada y noté como una lágrima se escurría por mi
mejilla.
- De
pequeño cuando decía que quería estudiar ciencias era porque quería hacer cosas
imposibles. Estudié ciencias pero creo que me sirvió de poco, ahora me gustaría
volver hacia atrás y detener el tiempo en ese instante, pero sigue siendo
imposible. Otro sueño que se va a la mierda.
De repente y sin decir nada más se levantó y empezó a andar
hacia la puerta con intenciones de irse. Yo tampoco le miré a él.
Se iba a ir y le iba a perder, y no estaba dispuesta a ello así
que me levanté y salí corriendo detrás de él. Le cogí la mano y le giré. Se
quedó sorprendido al verme allí y no lo dudé ni un solo segundo, me agarré a su
cuello y le besé.
Él, sorprendido al principio, no reaccionó pero después pasó
una mano por mi cintura y me pegó a él. Y así fue como después de tres meses y
medio volvimos a juntar nuestros labios, chico y chica, España y América,
Mickey y Minnie.
*NARRA DANIELA*
Habían pasado dos horas en las que no habíamos dejado de
bailar, hablar y hacer el loco. Como siempre DJ Malik se había adueñado de la
mesa de mezclas así que me dirigí hasta allí con el simple propósito de hacerle
rabiar.
- Malik,
quita y deja paso a las profesionales, te voy a enseñar lo que es pinchar
música de verdad.
- Toda
tuya – dijo cediéndome la mesa.
Empecé a pinchar música bajo su atenta mirada, realmente no
tenía ni idea de lo que estaba haciendo, solo imitaba los movimientos que le
había visto hacer a él, y la verdad es que lo que sonaba por los altavoces no
sonaba mal del todo.
- Muy
bien señorita, pero la alumna nunca superará al maestro – dijo con chulería.
- ¿Que
hablas?
- Que
esos movimientos son míos, y todavía te falta mucho por aprender.
- Pues
enséñame – dije.
- Venga.
Le dio a una tecla y empezó a sonar la música. Empecé a
hacer lo que Zayn hacía mientras él, detrás de mí, me observaba. Se acercó un
poco mas hasta que sentí su pecho contra mi espalda y coló sus brazos entre los
míos, rozando mi cintura y empezó a tocar teclas y a mover clavijas mientras yo
hacía lo mismo. El sonido mejoró bastante.
Cuando la canción terminó, me giré y le mire a los ojos con una sonrisa colocada en
los labios. El también me sonrió y clavó sus pupilas en las mías. De repente
sentí como si algo invisible me impidiese dejar de mirarlo. Noté cierto
cosquilleo en el estomago al perderme en esos ojos color caramelo. Se me erizó
la piel y se me encendieron las mejillas. No sabía que estaba pasando alrededor
pero solo quería quedarme así para siempre.
Mi deseo no fue posible ya que su móvil empezó a sonar
sacándonos de ese extraño sueño. Le había llegado un mensaje.
Mis ojos y los suyos se apartaron e intentamos actuar con
total naturalidad pero no podía esconder un leve enrojecimiento de mis
mejillas.
En la pantalla brillaban las palabras “Mi niña”. Sentí como
si me hubiesen dado un golpe en el estómago. ¿Qué me estaba pasando?
Abrió el mensaje y lo leyó a la velocidad de la luz, al
instante se le instaló una sonrisa enorme en los labios. Guardó el móvil en el
bolsillo y me miró. Me obligué a mi misma a sonreírle y después me marché a
tomarme una copa.
No sabía porque había reaccionado así. Últimamente estaba
muy sensible, sería cosa de la regla, ya se me pasaría.
***
Dos horas y cuatro copas más tarde ya se me había olvidado
todo, literalmente. No iba borracha, pues todavía controlaba lo que hacía pero sí
que iba un poco más perjudicada de la cuenta.
Ya le habíamos dado los regalos a Leeyum y había soplado las
velitas de la tarta. No me acordaba o no quería acordarme de lo que había
pasado junto a la mesa de mezclas, por lo que, cuando Zayn se me acercó para bailar
no me negué. Estuvimos bailando o más bien haciendo el bobo como siempre,
éramos solo dos colegas haciendo el subnormal en la azotea de un edificio.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------
NO DIGAIS NADA!! Lo se y lo siento. En mi defensa diré que estoy castigada por sacar un suficiente en biología y que solo me han dejado el ordenador un ratito. Juro que prometo compensaron a todas por esperar tanto. Miestras disfrutad de este capi, comentad mucho y sabed que os adoro como el primer dia. Y aquí me despido sabiendo que nos os serve de mucho esta disculpa pero así aprobecho, escribo y subo pronto si mis padres deciden que expire el castigo.
KISSES